Autor: Fad Juventud
21 marzo, 2023

*Juanma Rodríguez

Me he cansado de llorar

por detrás de los órganos

y que se me hagan balsas

por dentro de los ojos.

Me dreno en abierto

para sentirme humano;

para hacer real el reflejo de mi especie.

Ya no desparramo los dientes

por el tracto digestivo

cuando golpea la vida viril,

cuando me obligo

a ser homvre de acero

que se templa con aceite

y no se resquebraja

por los porrazos que recibe.

Para ser saco de arena

antes hay que aprender a hablar;

a saber no saber cuando toca

a ser cuerda de guitarra

que llena de vibraciones

un cuerpo hueco y ronco.

Me he metido el pecho para dentro,

he domado los pulmones

para respirar a ritmo de metrónomo.

Los callos están sensibles

y es normal que me avisen

cuando lleguen las agujas,

los fríos filos de las palabras.

He usado la misma masilla

para tapar los golpes de las paredes

y las oquedades de la identidad

envenenada del niño

que aprendió a llorar del revés.

He elegido ser campo y rosales

antes que cemento y cenizo.

He pinchado las costillas abombadas

y he quitado las esquirlas

en las miradas de machote.

He supuesto caminos livianos,

ser más éter que témpano

y las gotas que se caen al suelo

son las que bajan con fuerza

de las nubes y las córneas.

Me caliento y puedo enfriarme

me desanimo y puedo quererme.

Quiero ser un nuevo hombre

que parezca más natural

que sepa pensar en sentimientos

y rechazar las conquistas

de homvre cebado con carne de hombre.

Voy a imaginar la calle

donde matábamos el tiempo

como un río bravo

lleno de penas, traumas y quejíos.

Voy a utilizar las manos

para abrazarme y hacerme pajas

con la masa gris de mis relatos.

Si esto va de crear lindos recuerdos

y no morir vacío en la caja

voy a hacer real lo del olvido

como parte de la memoria

decidir qué estuvo blandito

y qué arrastró mi cuerpo dolorido

al fondo de un abismo

lleno de silencios.

Voy a ser hombre de carne y huesos,

masculino de cantar sin gestas.

He quemado las camisas del armario,

los mocasines y las Gilettes.

Los discos de Julio Iglesias

y las patillas de bandolero

arden. ¡Que arda Troya!

¡que se revuelvan los héroes en sus tumbas!

Que me queden intactas

las lindes entre vosotros y yo

y quede eterna la sonrisa

como cicatriz de sentimientos.

Porque dicen que los límites

nunca están donde creemos,

pero los de mi mundo

están en el mismo sitio

que los de mi lenguaje.

 

*Juanma Rodríguez (Málaga, 1993) es periodista y estudiante de Lengua y Literatura Española. Como técnico de Digital de Fad Juventud se pelea con software y hardware, con paciencia y mimo. Y como poeta, aunque también pelea, a través de sus versos, sobre todo muerde y abraza, con profunda humanidad.