*Juanma Rodríguez
Me he cansado de llorar
por detrás de los órganos
y que se me hagan balsas
por dentro de los ojos.
Me dreno en abierto
para sentirme humano;
para hacer real el reflejo de mi especie.
Ya no desparramo los dientes
por el tracto digestivo
cuando golpea la vida viril,
cuando me obligo
a ser homvre de acero
que se templa con aceite
y no se resquebraja
por los porrazos que recibe.
Para ser saco de arena
antes hay que aprender a hablar;
a saber no saber cuando toca
a ser cuerda de guitarra
que llena de vibraciones
un cuerpo hueco y ronco.
Me he metido el pecho para dentro,
he domado los pulmones
para respirar a ritmo de metrónomo.
Los callos están sensibles
y es normal que me avisen
cuando lleguen las agujas,
los fríos filos de las palabras.
He usado la misma masilla
para tapar los golpes de las paredes
y las oquedades de la identidad
envenenada del niño
que aprendió a llorar del revés.
He elegido ser campo y rosales
antes que cemento y cenizo.
He pinchado las costillas abombadas
y he quitado las esquirlas
en las miradas de machote.
He supuesto caminos livianos,
ser más éter que témpano
y las gotas que se caen al suelo
son las que bajan con fuerza
de las nubes y las córneas.
Me caliento y puedo enfriarme
me desanimo y puedo quererme.
Quiero ser un nuevo hombre
que parezca más natural
que sepa pensar en sentimientos
y rechazar las conquistas
de homvre cebado con carne de hombre.
Voy a imaginar la calle
donde matábamos el tiempo
como un río bravo
lleno de penas, traumas y quejíos.
Voy a utilizar las manos
para abrazarme y hacerme pajas
con la masa gris de mis relatos.
Si esto va de crear lindos recuerdos
y no morir vacío en la caja
voy a hacer real lo del olvido
como parte de la memoria
decidir qué estuvo blandito
y qué arrastró mi cuerpo dolorido
al fondo de un abismo
lleno de silencios.
Voy a ser hombre de carne y huesos,
masculino de cantar sin gestas.
He quemado las camisas del armario,
los mocasines y las Gilettes.
Los discos de Julio Iglesias
y las patillas de bandolero
arden. ¡Que arda Troya!
¡que se revuelvan los héroes en sus tumbas!
Que me queden intactas
las lindes entre vosotros y yo
y quede eterna la sonrisa
como cicatriz de sentimientos.
Porque dicen que los límites
nunca están donde creemos,
pero los de mi mundo
están en el mismo sitio
que los de mi lenguaje.
*Juanma Rodríguez (Málaga, 1993) es periodista y estudiante de Lengua y Literatura Española. Como técnico de Digital de Fad Juventud se pelea con software y hardware, con paciencia y mimo. Y como poeta, aunque también pelea, a través de sus versos, sobre todo muerde y abraza, con profunda humanidad.