*Gema Rosado*
El Día Internacional de la Higiene Menstrual se celebra el 28 de mayo desde 2013. Este día nos ofrece una valiosa oportunidad para reflexionar acerca de la forma en que abordamos el tema de la menstruación en nuestro entorno, la importancia que le damos en nuestras vidas y la situación actual de los derechos menstruales, así como la necesidad de seguir trabajando para que sean reconocidos y respetados en todo el mundo.
Con el propósito de erradicar la pobreza menstrual, generar conciencia sobre la higiene y la gestión menstrual, así como desafiar los tabúes, el estigma y las creencias erróneas relacionadas con la menstruación, la ONG WASH United promovió el 28 de mayo como Día Internacional de la Higiene Menstrual. Esta fecha no está elegida al azar, sino que se fijó en el vigésimo octavo día del quinto mes del año en alusión a la duración promedio de los ciclos menstruales, que son de 28 días, y al hecho de que las personas menstrúan aproximadamente cinco días cada mes.
Los derechos menstruales se centran en enfrentar los desafíos y las desigualdades asociadas con la menstruación a través de la educación menstrual, el cuidado de la salud menstrual y el acceso a productos menstruales.
La educación menstrual es fundamental porque en mayor o menor medida seguimos hablando poco de la menstruación, siendo considerada un tabú en nuestra sociedad. Tanto entre adultos como entre adolescentes se evita hablar sobre el tema, a pesar de que es un proceso natural y vital en el ciclo reproductivo de aproximadamente la mitad de la población humana. Lamentablemente, la menstruación sigue enfrentando silencio y tabúes en todo el mundo.
En el día a día, muchas mujeres, adolescentes, niñas y personas que menstrúan ocultan por completo que están en su fase menstrual. ¿Cuántas de nosotras hemos utilizado estrategias naturales e inconscientes para ocultarla? Esconder compresas o tampones en bolsillos o mangas, llevar una bolsa al baño para disimular los productos, evitar usar ropa blanca o clara, cancelar planes con amigos o parejas e incluso evitar cualquier actividad física.
La cultura popular y los medios de comunicación han contribuido a perpetuar estigmas y mitos en torno a la menstruación, lo que ha generado una falta de educación menstrual adecuada en muchos países. Los anuncios y la publicidad de productos para la recogida de sangre son ejemplos claros, ya que suelen invisibilizarla al mostrarla de color azul, como si fuera algo que hay que ocultar y disimular. Curiosamente, en los medios de comunicación es fácil encontrar sangre en escenas violentas, pero solo a partir de 2017 comenzamos a ver sangre menstrual de color rojo en los anuncios de compresas.
La promoción de la salud menstrual y del acceso a productos menstruales son las otras vías de promoción de estos derechos. En 2019, la ONU reconoció cómo la falta de atención a las necesidades menstruales y de salud de las mujeres, niñas, adolescentes y personas que menstrúan viola su derecho fundamental a la igualdad y a participar en la vida pública, económica, social y cultural.
Muy recientemente varios países, como Escocia, Argentina, Kenia y Canadá, han avanzado en la legislación para proteger estas garantías. En 2020, Escocia se convirtió en el primer país en aprobar legislación que garantiza el acceso gratuito a productos menstruales en lugares públicos. Argentina aprobó una ley para el acceso gratuito a productos menstruales en establecimientos educativos y de salud. Kenia eliminó impuestos sobre los productos menstruales en 2017, y Canadá eliminó el impuesto sobre los productos menstruales en 2015, considerándolos necesidades básicas. Aunque todavía queda mucho por hacer estas acciones son la prueba de que se puede abordar la pobreza menstrual y promover la igualdad de acceso a nivel nacional.
En la actualidad, diversas mujeres artistas, ilustradoras y escritoras han logrado generar un mayor grado de naturalidad en torno a diferentes cuestiones relacionadas con la menstruación. Las redes sociales han contribuido en gran parte a este avance en libertad y visibilidad donde se está generando un amplio debate sobre diversos temas a través de plataformas como cuentas especializadas.
Estas cuentas se encargan de abordar asuntos como la “vergüenza” asociada a hablar sobre la endometriosis, los quistes en los ovarios, la promoción del uso de productos sostenibles para la gestión menstrual o movimientos como el “free bleeding”, que consiste en no utilizar productos que bloqueen o recolecten la sangre menstrual, permitiendo que el proceso menstrual se desarrolle de forma natural.
Además, cada vez nos encontramos con más documentales donde se aborda el tema de la menstruación desde diversas perspectivas y son una excelente manera de continuar aprendiendo. Películas y cortometrajes como “Magia Negra”, “La luna en ti”, “Period, end of the sentence”, “28 días” y “Pad-man” son recursos didácticos que pueden proporcionar información valiosa sobre la menstruación y contribuir a la educación menstrual.
En conclusión, es crucial romper con la vergüenza y el estigma asociados a la menstruación y promover la educación menstrual. A través del acceso a la información, la legislación y la sensibilización, podemos garantizar una vivencia menstrual informada, saludable, digna y libre de discriminación. Las reglas son normales y mostrarlas también debería serlo, así que continuemos hablando de ellas.
*Gema Rosado (Madrid, 1981) es técnica de empleo en el proyecto Work in Tech de Fundación Fad Juventud. Su trayectoria profesional se ha centrado en la educación y gestión de proyectos en el sector social. Se define como una persona comunicativa, emprendedora y positiva. En sus ratos libres es educadora menstrual y devora libros*.