Educar no es fácil, nunca lo ha sido. Sin embargo, es una tarea que padres y madres no pueden delegar. No existe una fórmula mágica para asegurar el “éxito” en este terreno, pero sí algunas claves que pueden ayudarnos a que nuestros hijos se enfrenten con menor vulnerabilidad a riesgos como las drogas.
Trabajar con los más pequeños valores de protección como la autoestima, el autocontrol, la empatía o las habilidades de negación puede ser una de las estrategias más efectivas para evitar que, en el futuro, se manifiesten conductas problemáticas como el consumo abusivo de drogas.
El objetivo es formar personas, futuros adolescentes y jóvenes, con capacidad crítica que puedan enfrentarse a la presión del grupo de iguales, las modas o los estereotipos sociales manteniendo su propio criterio y autonomía. Pero para conseguirlo es necesario que desde la familia y la escuela se comience a trabajar con ellos desde edades muy tempranas. Tanto en el ámbito escolar como familiar la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) cuenta con programas educativos específicos destinados a fomentar valores preventivos, según tramos de edades concretas.
Para empezar a prevenir el consumo de drogas los padres y madres debemos disponer de información suficiente de estas sustancias y sobre las formas de intervenir para evitar su abuso. Asimismo podemos desarrollar estrategias que potencien los factores de protección de los hijos y para ello debemos tener en cuenta cuatro áreas: establecer normas adecuadas, crear una buena relación afectiva con los hijos, mejorar la comunicación con los hijos y favorecer un uso satisfactorio del tiempo libre.
Como es lógico, para abordar cada una de estas cuatro áreas, tenemos que considerar la edad de los hijos. Cada etapa evolutiva tiene sus propias características y debemos adaptarnos a ellas. Por ejemplo, de 3 a 6 años, en la etapa infantil, es importante hacer hincapié en variables como la empatía, la autoexpresión emocional, habilidades de autoafirmación y el autocontrol. A partir de los 6 años y hasta los 12 hay que seguir trabajando todos estos valores y, además, actitudes hacia la salud, autoestima y habilidades de interacción. A partir de los 12, es necesario trabajar específicamente la toma de decisiones, las habilidades de oposición y las actitudes hacia las drogas.
Sin embargo, la prevención es un labor de todos, no sólo de los expertos, los padres o los educadores. La prevención se compone de la suma de aportaciones que cada uno podemos ofrecer desde el papel que desempeñamos y desde el lugar que ocupamos: los médicos, el personal sanitario, policías, jueces, medios de comunicación… Todos tenemos algo que decir y algo que hacer y nadie puede hacerlo todo solo.
NO debemos olvidar que…