*Paloma Albo Mata
El pasado 14 de junio, casi 200 chicos y chicas asistían al festival “Un spot para decir STOP” en el auditorio Caja de Música del Ayuntamiento de Madrid. Con la proyección de seis cortometrajes sobre Derechos Humanos realizados por muchos de ellos y ellas se ponía el broche de oro a un proyecto de Educación para el Desarrollo homónimo de Fad, financiado por el Gobierno municipal.
Desde Fad queremos construir ciudadanía global, personas cada vez más responsables y comprometidas con su entorno, que apuesten por un mundo más equitativo, más sostenible, más justo. Creemos en los compromisos adquiridos en la Agenda 2030, creemos que es posible cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y creemos que todas las personas podemos y debemos contribuir a ese reto.
Pero sobre todo creemos que la gente joven tiene un papel fundamental en el cambio social, por eso ponemos el foco en ellos: en los chicos y chicas que demuestran cada día con su mirada limpia que todo es posible. Eso es lo que hemos trabajado en el marco del proyecto “Un spot para decir STOP”, ejecutado por Fad en Madrid gracias al apoyo del Ayuntamiento de Madrid.
Hemos tenido la suerte de aprender, de la mano de chicos y chicas de entre 12 y 18 años, que con interés, ilusión, compromiso y creatividad, se puede contribuir a esa transformación necesaria para construir un mundo mejor, para apostar por el cumplimiento de los Derechos Humanos.
Estos chicos y chicas de diferentes institutos y colegios de Madrid, han participado de forma activa en un proceso formativo sobre Derechos Humanos y ODS. Mientras que el ritmo de las clases apenas les dejaba tiempo para hacer algo más que estudiar mates, lengua, física, historia… hicieron un esfuerzo extra para dedicar más horas a aprender valores prosociales y a interesarse por lo colectivo, para comprometerse a ser motor de cambio y dar impulso a sus iguales logrando trasladar y multiplicar su mensaje de esperanza.
Tras varias sesiones formativas estos jóvenes han escrito, producido y protagonizado unos cortometrajes bajo el lema “Un spot para decir STOP”. Unos cortos que reclaman una educación de calidad para todos y todas, que rechazan la violencia, la discriminación y el racismo y abogan por el compañerismo, la tolerancia y la inclusión, que denuncian el uso y consumo abusivo y sistemático de plásticos, que piden abrir los ojos ante la violencia de género y que nos muestran, en clave de humor, que es posible dar la vuelta a lo malo y conseguir un mundo mejor. Estos chicos y chicas han sido creadores y protagonistas indiscutibles de un proceso colectivo de transformación.
Desde Fad quisimos reconocer y felicitar su labor en un Festival de Cortometrajes Solidarios el pasado viernes 14 de Junio en la Caja de Música del Ayuntamiento de Madrid. Allí, una vez más, estos chavales y chavalas nos mostraron lo mucho que tienen que decir, su gran compromiso, la calidad de su trabajo, su creatividad…
«El interrogatorio», del IES García Berlanga, es un canto a la educación de calidad y, sobre todo, a la educación en valores.
El corto «El pasillo», del Colegio Salesianos Loyola aborda las relaciones tóxicas entre adolescentes, con perspectiva de género.
«Freedom» es un grito esperanzado de promoción de la diversidad. Realizado por el IES Conde Orgaz, desborda de colores, ritmo y alegría.
«Las buenas noticias», del Colegio Santa María Micaela, imagina que encendemos la tele y nos cuentan en un informativo que los ODS ya no son una meta, sino una realidad…
«No se pega» es una canción a muchas voces, un videoclip, una historia, esconciencia clara sobre el problema del bullying de los alumnos y alumnas del IES Renacimiento.
Y «Campa-nada de plástico», del IES Joaquín Rodrigo se sitúa en la vanguardia de la agencia juvenil para concienciar sobre el cambio climático.
Los seis grupos participantes y los casi 200 asistentes son ganadores de este proyecto pero, sobre todo, hemos ganado nosotros y nosotras caminando a su lado.
*Paloma Albo Mata es coordinadora de proyectos de cooperación para el desarrollo y educación para la ciudadanía global en Fad. Licenciada en Derecho y Máster de Acción Solidaria Internacional, tiene la claridad absoluta (y contagiosa) de que un mundo mejor es posible. Voluntaria empedernida y mamá de tres, encuentra su inspiración en la gente, de cerca y de lejos, y se ilusiona, y cree y confía.