Traemos una recomendación que puede resultarte interesante. Si te gusta la historia, y te gusta acercarte a ella desde otros puntos de vista. Si te interesa el deporte como motor de cambio en la sociedad, aquí tienes un libro que puede ayudarte a situar a las pioneras del deporte femenino.
Prohibidas pero no vencidas (Editorial Desnivel, 2022) es un recorrido, a través de una selección de episodios de los siglos XIX y XX por los inicios de la historia del deporte practicado por mujeres. Revela cómo muchas precursoras de buena parte del mundo, siendo míticas y pioneras en su tiempo, concienzudamente ocultadas primero y olvidadas después, influyeron en la práctica masiva del deporte entre las mujeres.
Es un libro y también es un viaje, por el mundo y en el tiempo. Desde la remera de Cornualles Ann Warren, de finales del siglo XVIII, hasta Vera Caslavska, gimnasta reina de los Juegos Olímpicos de México 1968, pasando por Stella Walsh, atleta polaca del periodo de entreguerras, y Fanny Blankers-Koen, también atleta, pero holandesa y campeona después de la II Guerra Mundial, se nos muestran cronológicamente sesenta y cuatro historias que, si las juntas, completan el puzle de la Historia del deporte de una manera distinta a tal y como nos la han contado hasta ahora.
Nos contextualiza Carlos Beltrán, autor de la obra y profesional de los medios de comunicación, que fue en el año 2000, cuando empezó a vislumbrar esta obra casi antológica por lo heroico y épico de las historias que cuenta: “Estaba preparando una serie de programas sobre la historia de los Juegos Olímpicos, cuando descubrí unos archivos de películas de Michelline Ostermeyer y Fanny Blankers Cohen en sus entrenamientos diarios, y me alucinó lo que estas mujeres simbolizaban”. Ostermeyer fue campeona de lanzamiento de peso, disco y salto de altura; y Blankers lo fue en los 100 y en los 200 metros lisos, en los 80 metros vallas y en los relevos de 4 x 100 metros, ambas en las olimpiadas de 1948.
A partir de lo que aquellas imágenes le inspiraron, no ha parado de buscar, investigar, descubrir, contar todo lo que ha podido poner en orden de la historia de las mujeres en el deporte. De hecho, su búsqueda y su encuentro, puede llegar a resultar abrumador y rabioso y, sin duda, resulta fascinante. Tanta documentación organizada sobre ellas sobre tantas mujeres sin página en Wikipedia, y tanto respeto para contar sus medallas y su humanidad, puede provocar una emoción parecida a la que sintieron ellas mismas al sentirse reconocidas en el podio, incluso acelerar el corazón tanto como cuando se llega a una meta. También alivio: por fin, alguien, habla de ellas.
Las vidas de todas las protagonistas de “Prohibidas pero no vencidas” explican, de forma concreta o metafórica, en qué ha consistido la historia del deporte practicado por mujeres: prohibiciones, trabas, complejos de superioridad, complejos de inferioridad, políticos metomentodo, confluencias de fuerzas morales, cambalaches, intereses. Se trata de un libro crítico, simplemente por esta realidad que cuenta, pero también es un libro escrito con mucho sentido del humor, como el del propio Carlos Beltrán, que lo equilibra y consigue que el pasar páginas, de seguido o dando saltos temporales, sea amable y agradable y que pueda convertirse en un manual de referencia.
«La evolución social no la hacen las leyes, la hacen las personas. La Historia con mayúsculas no es una sucesión de guerras y gobiernos, es el movimiento diario de ilusiones y esperanzas de quienes habitamos este extraño lugar en el universo». Este fragmento del libro deja claras sus intenciones: abrir las puertas del conocimiento para que con él surja el respeto, y con el respeto, un posible cambio de mentalidades. Son historias que sirven también para hoy, y sirven para jóvenes con ganas de cambiar las cosas, de mejorar la sociedad. A eso se dedicaban las mujeres protagonistas de este libro.