Ser capaz de imaginar, emprender, desarrollar y evaluar acciones o proyectos con creatividad, confianza, responsabilidad y sentido crítico. En eso consiste básicamente la Competencia de Autonomía e Iniciativa Personal.
Juan Ignacio Morata se cataloga como un nómada educativo. Profesor de primaria, psicopedagogo y educador social, y desde hace unos años, interesado en buscar nuevas vías en el ámbito de la formación. Centra sus esfuerzos en procurar introducir la competencia de autonomía e iniciativa personal al cuerpo docente, como primer paso para trasladarla al alumnado.
La autonomía es una de las cualidades humanas que convierte a las personas en protagonistas de sus vidas, es una herramienta fundamental para que alumnos y alumnas puedan desarrollar todas sus potencialidades y afrontar los desafíos de la sociedad del siglo XXI,
Uno de los primeros pasos para alcanzarla es procurar incorporar a la labor docente la creatividad. Lo que nos lleva a preguntar ¿una persona nace o se hace creativa?
En muchas ocasiones se relaciona la creatividad con lo artístico, Juan Ignacio la relaciona con la realidad, con el día a día. Tenemos un objetivo, da igual cual sea, y generalmente un camino marcado para llegar a ese objetivo. La creatividad es buscar otros caminos, analizando nuestros recursos, para llegar a ese mismo objetivo. Esa es la clave de la iniciativa personal. Por eso en sus talleres explora la autonomía del profesorado.
La autonomía y la iniciativa personal están plenamente emparentadas con la formación integral de la persona, como lo están el resto de las competencias básicas. Es una competencia compleja y también la que mayores cambios está experimentando en nuestros días. La imagen literaria que Morata ha elegido para definirla no es casual, la autonomía consiste en “pensar fuera de la caja”.
De manera que, para llegar a ser competente en autonomía e iniciativa personal, para conseguir dominar ese pensamiento fuera de la caja, es muy conveniente no perder esa necesaria creatividad. Una creatividad que a veces nos plantea dudas, pues se aleja de lo establecido ¿Debe la creatividad estar siempre unida a la seguridad?
Para actuar con convicción en esta autonomía de la que habla Morata, hay que tener siempre presente que cada clase, cada sesión, cuenta y es una siembra, y que, trabajando con un criterio y con buenos sistemas de evaluación, pronto se puede ver que la siembra deriva en una buena cosecha.
Llegar a tener creatividad eficaz y autónoma es algo que debe plantearse a largo plazo.