La pasión por leer entre los adolescentes y jóvenes no sigue una serie de criterios estrictos que siempre funcionan, independientemente del contexto. Se trata de un sector de la población complicado a la hora de hacerle llegar un mensaje atractivo y por lo tanto, la libertad de elección es fundamental a la hora de dejar que el gusto por la lectura se vaya desarrollando conforme a sus valores y experiencia.
Según explican en la web Mujer Hoy, es cierto que si cuando son más pequeños los padres les leen y les ejercitan en la lectura, los futuros adolecentes puedan acaban siendo buenos lectores. Pero la mayoría de expertos apuntan por el no intervencionismo.
Así, es importante partir del hecho de que los adolescentes tienen acceso a la información, y tienen claros sus gustos, que pueden ir modificándose, y esto forma parte del desarrollo. Independientemente de que los tiempos cambien, una gran mayoría de los jóvenes seguirá leyendo aventuras, historias cotidianas de pandillas, misterio y humor. Sin embargo, escritores y editoriales deben saber captar de verdad la atención de este público curioso y exigente a la vez.
Este es uno de los motivos por el que triunfan las sagas: de dramas, heroínas que lideran la sociedad después de un apocalipsis (como en “Los juegos del hambre” o “Divergente”) o el erotismo. De hecho, en conjunto la literatura para adolescentes, ocupa un porcentaje bajo del sector, pero está en crecimiento.
Otro dato importante es que jóvenes y adolescentes también se embarcan en leer los volúmenes escritos por sus ‘youtubers’ preferidos, iniciándose así en la lectura ‘transmedia’: se descargan capítulos en el smartphone, y alternan la lectura digital con el papel.
También resulta significativo separar entre adolescencia temprana y media, ya no leen lo mismo, no solo por gustos, sino también por conocimientos, o simplemente porque a los 17 se han pasado más experiencias que a los 13. Los más jóvenes se decantan por los temas fantásticos, mientras que los mayores se inician en historias con cierto dramatismo y en los contenidos de gran carga erótica.
En este texto se aconseja también a los padres que si tienen interés en la lectura y cuentan con volúmenes de libros, se deje a los jóvenes hojearla y estudiarla, permitiendo que escojan con total libertad y sin proyectar en ellos los intereses o expectativas propias. Es decir, que tengan la misma libertad que los más mayores a la hora de elegir. De lo contrario, el rechazo será la respuesta más habitual.