Autor: Fad Juventud
23 marzo, 2016

La emancipación, para las personas jóvenes, sigue pareciendo casi una utopía. Así lo demuestran los datos del décimo boletín del Observatorio de Emancipación del Consejo de la Juventud de España (CJE) que, analizando las estadísticas oficiales del primer semestre de 2015, llega a la conclusión de que el colectivo joven es el que más riesgo de exclusión social tiene en la actualidad. 

Tan sólo el 20,8% de la población menor de 30 años está emancipada. Además,  los y las jóvenes necesitan compartir piso para poder independizarse, ya que tan sólo un 15,7% de las personas emancipadas en esta franja etaria pueden permitirse vivir solas. Las principales causas de este retraso en la edad de emancipación se atribuyen, fundamentalmente, a la frágil situación del mercado laboral y las duras condiciones del mercado inmobiliario.

Sobre esto, el informe muestra que el 36,4% de las personas jóvenes comprendidas entre los 16 y los 29 años se encuentran por debajo del umbral de la pobreza, porcentaje que llega hasta el56,8% para quienes están en paro; pero también alcanza el 25,1% de los y las jóvenes que sí estántrabajando, de manera que parece que el trabajo ha dejado de ser una garantía de inclusión en el mundo adulto.

Por su parte, y tal y como se informa en el diario online postdigital.es, entre las personas comprendidasentre los 30 y los 34 años de edad, la tasa de pobreza se sitúa en un 30,1% llegando al 62,5% entre quienes están en paro y al 27,7% de las personas que están ocupadas. Además, el 64,1% de la población menor de 30 años no percibe salario alguno y en el 18,1% de los hogares en los que viven, no hay ninguna persona que esté ocupada.

Por otra parte, el informe alerta de la temporalidad y la precariedad. El 27,6% de las personas ocupadas menores de 30 años tienen jornadas inferiores a las 35 horas semanales, afectando principalmente a las mujeres. Asimismo, el 93,3% de los contratos que firmaron los y las menores de 29 años en el primer semestre de 2015 eran temporales.

Finalmente, y en lo referente al acceso a la vivienda por parte de los y las jóvenes, el estudio tampoco ofrece cifras optimistas: para que una persona joven pueda independizarse debería ganar de media un 95,44% más de lo que cobra en la actualidad.

En base a todos estos datos, resulta evidente que nos encontramos ante una realidad socioeconómica insostenible para gran parte de los y las jóvenes. Es necesario abogar –de manera internacional y nacional- por una legislación laboral que garantice un empleo juvenil decente, y por unas políticas de vivienda acordes con las necesidades y los derechos de los ciudadanos y ciudadanas.