La sociedad global está marcada por una progresiva digitalización, en la que las nuevas tecnologías inundan todos los ámbitos de la vida cotidiana. Sin embargo, son todavía muchos los ámbitos que no están siendo adaptados a esta situación.
Un ejemplo de ello es el sistema educativo en América Latina, en el que aproximadamente 22,2 millones de jóvenes no están escolarizados/as o están en riesgo de abandono temprano. Como resultado, muchas personas jóvenes latinoamericanas carecen de las habilidades necesarias para comenzar a formar parte del mercado de trabajo y participar en una economía cada vez más competitiva, digitalizada y globalizada.
En este sentido, de acuerdo con el World Economic Forum, en la actualidad hay 150.000 puestos de trabajos sin cubrir relacionados con la información y la tecnología, dado que no hay suficiente personal cualificado que pueda desempeñarlo. Al mismo tiempo, los trabajos que requieren de mano de obra no cualificada, están siendo reemplazados a gran velocidad por dispositivos digitales.
Consecuentemente, parece que la digitalización de la educación en América Latina tiene la llave para dotar a los y las estudiantes de las habilidades necesarias para poder desempañar trabajos demandados, y en última instancia, hacer de las empresas de la región, un mercado competitivo.
Sin embargo, son muchas las zonas de América Latina que carecen de las infraestructuras necesarias para ofrecer conectividad a Internet a sus habitantes. Según el Informe Global de Tecnologías de la Información 2015, que analiza el uso y el impacto de las tecnologías de la información y de la comunicación, de un listado de 143 países, el puesto más alto de los países de la región lo ostenta Chile, en el puesto 38.
Dados estos datos, se están implementando algunos programas en diversas zonas de América Latina y el Caribe que tienen por objetivo mejorar la calidad de la educación mediante la conexión de todas las aulas a Internet.
Un ejemplo de ello es el Plan Ceibal, una iniciativa Uruguaya que pretende digitalizar la educación en el país y que parece estar teniendo un buen impacto. Así, antes del programa, el 43% de las escuelas del país no tenían ordenadores; tras su implementación, Uruguay se ha convertido en uno de los primeros países del mundo en proporcionar a cada estudiante un ordenador portátil con conexión a Internet. De esta manera, parece ser que el estudiantado del país está mostrandoimportantes logros en construir, operar, administrar y solucionar problemas de redes, así como a aprender numerosas cuestiones sobre la seguridad cibernética o el “Internet de las Cosas” (IOT).
Ante esto, comienza a ser palpable que la progresiva alfabetización digital y la implementación de infraestructuras que faciliten el proceso, puede ser una vía para que los y las jóvenes de América Latina tengan unas condiciones de vida dignas y que, en paralelo, se comience a construir un futuro sostenible para América Latina.