*Mar Herranz
Tombuctú, Mali, Bogotá, Elda, Manises, Elche o Valencia. No importa el lugar que elijamos. En todos ellos se producen desigualdades y abordarlas de forma global es una responsabilidad compartida de todas y todos.
En Valencia, Fad ha puesto en funcionamiento el proyecto “Construir la paz desde la escuela”, financiado por la Generalitat Valenciana, en el que estamos trabajando con docentes de la Comunidad Valenciana cómo se puede gestionar una cultura de paz en las aulas para conseguir una convivencia más armónica, más participativa, plural, sin discriminaciones, y sin violencia, en la que todas y todos los alumnos se vean representados y no se vulneren sus Derechos.
Algunos centros escolares han recibido formación sobre elaboración de cortometrajes, de manera que además de dar rienda suelta a su parte creativa, las y los adolescentes puedan reflejar problemas de su entorno local que tengan repercusiones globales, es decir, que lleguemos a identificar problemas “glocales”, que detectemos situaciones de vulneración de Derechos en las que los y las jóvenes se impliquen y hagan suyas las reivindicaciones y los compromisos, que se sientan parte de una sociedad que está en sus manos cambiar, para conseguir un mundo menos desigual.
Para ello, el alumnado de la Comunidad Valenciana, con el asesoramiento de Clan de Bichos, ha puesto en marcha su maquinaria creativa y nos ha dejado piezas de música, alegorías, representaciones y otras actividades artísticas y/o mediáticas, que estarán disponibles en youtube para que todos y todas podamos también tomar conciencia de las problemáticas que nos señalan y podamos decidir cuál se acerca más a nuestros entornos, nuestros intereses y e implicarnos en sus soluciones, sin centrarse en el drama, buscando el humor, la música y la improvisación para buscar alternativas positivas.
Estos cortometrajes nos invitan a reflexionar sobre las desigualdades y contrastes que existen entre las distintas áreas del mundo. ¿Pensamos que es algo que nos incumbe, que es algo sobre lo que debemos hablar con nuestras familias, y nuestras amistades, que tenemos que debatirlo en clase o en el trabajo, como algo que afecta a nuestras inquietudes cotidianas? O, por el contrario, ¿pensamos que los temas relacionados con Derechos Humanos corresponden a países lejanos, de continentes “más atrasados”, en los que aún no han conseguido lo mismo que ya tenemos nosotros/as? Me atrevo a decir que mucha gente respondería en afirmativo a esta última cuestión.
Probablemente, una gran mayoría de la población, demos por sentado que por haber nacido en un país como España, dentro de los llamados “países desarrollados”, ya tenemos unos derechos adquiridos por los que no nos tenemos que preocupar ni de mantener, ni de cuidar, ni tenemos que reivindicarlos nunca más, porque se consiguieron en el pasado y vivimos con la seguridad de que no vamos a perderlos. En cambio, es probable que se nos ocurran multitud de situaciones o acontecimientos referidos a personas y lugares bastante alejados de nuestro entorno cuando escuchemos hablar de vulneración de los Derechos Humanos y creamos que no está en nuestra mano hacer nada por ellos.
Pero, lamentablemente, nada más lejos de la realidad. Si profundizamos un poco más allá de los grandes titulares que nos hablan de democracias consolidadas, economías estables y países avanzados y, analizamos nuestros entornos más cercanos con una mirada un poco más crítica, seguro que podremos versituaciones que están más cerca de lo deseable de la vulneración de los Derechos Humanos. Por poner un ejemplo, la llamada “crisis económica” trajo consigo una caída del nivel de vida de muchas familias que habían vivido holgadamente, y que,a día de hoy,no han vuelto a recuperar ese nivel de vida.
Parece que la crisis ha pasado, o por lo menos, eso nos dicen algunos medios de comunicación y algunos partidos políticos, perono parece ser cierto, por lo que podemos leer en informes como los que acaba de publicar Oxfam, que corroboran que los niveles de desigualdad siguen creciendo en todos los países “las personas empobrecidas son más pobres de lo que eran antes de la recesión. “No solo no somos capaces ya de reducir la tasa de pobreza, sino que además nuestra pobreza es más aguda”.
Pero es que además de los Derechos Humanos, tendríamos que pensar también en los Derechos del resto del planeta, es decir, en el resto de seres vivos a los que los “Humanos” les estamos haciendo la vida un poco (o un mucho) más complicada, porque la satisfacción de las“necesidades” que una parte de la humanidad se ha autoasignado, sin tener en cuenta al resto, está haciendo que el planeta entero sufra y se deteriore. Por todos estos motivos, desde Fad creemos que hay que trabajar con otros países y realizar tareas de Cooperación al Desarrollo, pero también apostamos por hacer labores de concienciación y sensibilización en nuestros entornos más cercanos, para alcanzar una sociedad mejor para todos y todas, sin dañar demasiado al Planeta y sin dejar a nadie atrás. Es en este marco en el que llevamos a cabo nuestros proyectos de Ciudadanía Global, que pretenden contribuir al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y de la Agenda 2030.
Todos los cortometrajes elaborados en el marco del proyecto “Construir la paz desde la escuela” se encuentran disponibles en este enlace.
*Mar Herranz es licenciada en Geografía e Historia, Experta en Documentación y Máster en Cooperación al Desarrollo. Cuenta con más de 30 años de trayectoria profesional en Fad y ha dedicado los últimos diez a la gestión de subvenciones para proyectos de Cooperación en América Latina y de Educación para la Ciudadanía Global en España, todo ello con el fin de construir de un mundo más justo, menos desigual y más sostenible. Segoviana de nacimiento y madrileña de adopción, Mar es una viajera incansable que siempre encuentra la manera de conocer paisajes, personas y formas de vida que le ofrezcan otras miradas y perspectivas.