Hablar con los/as hijos/as sobre el cannabis puede ser, en ocasiones, motivo de discusiones. En este sentido, el diario estadounidense The New York Times ofrece algunas ideas para poder entablar conversaciones sobre ello en el ámbito familiar, de una manera dialogada y efectiva.
Con todo el debate internacional que está habiendo en la actualidad sobre la legalización del cannabis, es posible que los padres y las madres recurran al discurso sobre las consecuencias jurídicas a las que los y las jóvenes se pueden enfrentar por el consumo de marihuana. No obstante, este argumento puede ser rebatido por los hijos e hijas a través de los casos de consumos no sancionados que éstos/as conozcan. Además, hay que tener en cuenta que, tal y como señala el último estudio realizado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud “Tendencias de cambio en la representación del cannabis. La perspectiva de adolescentes y jóvenes españoles”, los y las jóvenes son conscientes de esta problemática, ya que un 60,7% considera que es probable que se tengan problemas legales si se consume marihuana. Si bien las realidades cultirales son distintas, el dato resulta significativo del nivel de información.
Sobre esto, también hay que tener en cuenta que los y las adolescentes suelen ser conocedores/as de laspolíticas sancionadoras que en algunos países se producen. Por ejemplo, en el caso de EEUU, tal y como señala el diario The New York Times, pese a que el consumo entre personas afroamericanas y blancas es muy similar, los datos señalan que las personas afroamericanas tienen casi cuatro veces más probabilidades de ser detenidas por posesión de marihuana.
Otra vía discursiva que suele ser empleada por los padres, es la que incide en que la marihuana conseguida a través de canales ilegales, puede contener aditivos peligrosos. Sobre esto, se apunta que los y las adolescentes tienden a asumir que desde las personas adultas a veces se exageran los peligros reales de estas sustancias en aras de concienciar sobre el consumo responsable, lo que no significa que no sean conscientes de los riesgos que implica el consumo de cannabis. En este sentido, el 59,1% de los y las jóvenes considera, según el estudio del Centro Reina Sofía, que el cannabis es una sustancia peligrosa, pero su peligrosidad se matiza en función de la frecuencia de consumo.
Teniendo en cuenta esto, el artículo considera que la vía más eficiente para entablar conversaciones con los/as hijos/as sobre el cannabis, es cuestionar –al margen del discurso de la legalización y los riesgos- la necesidad de tener que introducir en sus vidas el consumo de cannabis, así comoincentivar la toma de decisiones sobre la propia salud, más allá de lo que regule o no la ley. Cuestión, esta última, que parece buen punto de partida para hablar con los y las adolescentes sobre temas que impliquen la autonomía y el autocuidado. Y es que, a menudo, la adolescencia se vertebra sobre el deseo de independencia, por lo que se antoja efectivo dialogar sobre la independencia en torno a lavoluntad de cuidar de uno/a mismo/a.