Cuando hablamos de un tema tan complicado y sensible como es el suicidio, no hay una fórmula mágica que aplicar ni un decálogo que seguir, porque cada persona es única, y únicas son sus situaciones y actuaciones.
Pero sí que hay ciertas frases que escuchamos constantemente que pueden dañar más que ayudar y que contribuyen, sin que queramos, a estigmatizar la salud mental y el bienestar emocional.
“Lo dice para llamar la atención” porque sigue existiendo la conciencia de qué, quien pide ayuda, en realidad no está tan mal, solo lo hace para que le presten atención. Cuando la realidad es que hay que tener mucho valor para poder alzar la voz cuando estamos mal.
“Vaya cobarde que es” llamar a alguien cobarde no hace más que acentuar su carga emocional. Cuando ponemos sobre otra persona más carga psicológica de la que ya lleva, solo animamos a que no se desahogue, no hable, ni comunique su pesar, y eso puede llevar a consecuencias más radicales. Estos comentarios solo culpabilizan a las personas que sufren. Quién se daña, no es ni cobarde, ni valiente.
“Hay que estar muy mal para hacerlo” a veces podemos pensar que solo alguien que sufre enfermedades mentales graves o que está en una situación extrema puede llegar a hacerse daño, pero la realidad es que cualquier persona puede tener pensamientos negativos y conductas autodestructivas Comprender y escuchar es clave, para entender a la otra persona, y aún más para poder ayudarles
“Si hablamos de ello, más gente lo intentará” cuando silenciamos las cosas, las estigmatizamos, y la estigmatización conlleva que más y más gente se calle. No es cuestión de callarse y esconderlo, sino de cómo hablamos de ello. Tenemos que evitar difundir imágenes explícitas, detallar los hechos o incluso romantizar estas conductas. Pero esto no significa que debamos guardar silencio porque cuando se habla, cuando se pone sobre la mesa, animamos a la gente a expresarse y a entender que, en su dolor no están solos ni solas. Cuando ponemos en palabras la realidad, más gente puede sentir que hay personas dispuestas a escucharlas y ayudarles. Si callamos, eliminamos un factor clave, la prevención, desmitificando, desculpabilización y proporcionando recursos de apoyo.
Porque si no mostramos alternativas, si no otorgamos importancia a esta realidad que ocurre, no podemos otorgar a más gente las herramientas necesarias para que salgan adelante, porque ni ellos ni ellas mismas sabrán que existen esas posibilidades. Si sientes que tú o alguien de tu entorno, estáis mal, que no podéis más y que necesitáis ayuda, queremos ayudaros. No guardes silencio, habla. Nosotros y nosotras te escuchamos.
Y no hace falta llegar a estar desbordado para pedir ayuda y acudir a un profesional. Si “simplemente” estás viviendo una situación que te genera malestar no dudes en contactar con el Servicio de Información y Orientación Joven de Fad (900 161515, teléfono anónimo y gratuito, o WhatsApp 623 22 05 70) o anima a tus hijos e hijas a contactar. El SIOF Joven está atendido por expertas y expertos que te pueden informar, orientar y dar apoyo cuando te encuentras en una situación de malestar psicológico y social. Está dirigido a chicos y chicas entre 15 y 29 años, que necesitan compartir lo que les pasa y que les ayuden a enfocarlo de la mejor manera posible.