Autor: firmainvitadapj
29 agosto, 2024

*Angelica López Yepes

Uno de los fundadores y protagonistas de la investigación sobre la paz y los conflictos sociales, Johan Galtung aseguró que: “La paz no es únicamente la ausencia de guerra o violencia, sino el fortalecimiento de los aspectos positivos que la edifican, como son la armonía, la cohesión, la colaboración y la integración.” Fue desde esta premisa que, realizamos el 31 de julio en la Universidad Icesi de Cali, Colombia, un intercambio de experiencias y saberes llamado “Tejiendo caminos de paz”.

Nos encontramos los equipos equipos interdisciplinarios de la Corporación Caminos y Corporación Surgir, Fad Juventud, líderes y lideresas sociales, y comunidad educativa de la comuna 3 de Medellín y comuna 15 de Cali, y representantes de la administración local de la ciudad anfitriona, para pensarnos en cómo construimos la paz en nuestras ciudades, casas, barrios y colegios. El diálogo y la reflexión se dio en el marco de la ejecución del Programa de “Construcción de paz territorial con enfoque de género en comunidades afectadas por el conflicto armado de las ciudades de Medellín y Cali, Colombia” – Matices de Paz. 

Un programa desarrollado en estas ciudades colombianas, con el objetivo de construir paz territorial: una meta en común desde contextos ubicados geográficamente distintos, con realidades diferentes, pero con el mismo anhelo de la paz. Desde allí, enfocamos nuestros esfuerzos porque este encuentro fuese un escenario de intercambiar ideas y aprendizajes para retomar aciertos y logros en el quehacer territorial. 

Nos enfocamos en tener una experiencia que permitiera reconocer que, si bien nuestras historias colombianas están atravesadas por la guerra, la violencia y el conflicto, sigue siendo posible transformar esta realidad y seguirle apostando a programas como Matices de Paz. Por ello, Tejiendo caminos de paz fue desarrollado en tres momentos: un espacio de paneles de intervenciones donde contamos los logros a partir de la experiencia y la voz de la población beneficiaria y los equipos de ambas ciudades; luego, un recorrido de las personas participantes por estaciones de la paz que permitió tener una experiencia sensorial sobre la paz; y cerró con un diálogo más cercano en donde se construyeron conclusiones y apuestas por la paz en el marco del programa.

 

Este día conllevó a cuestionarnos por qué cuándo pensamos en ¿Cómo se ve la guerra y el conflicto? ¿a qué nos sabe la violencia? ¿a qué nos huele la guerra? todos nuestros sentidos tienen una referencia inmediata. Sin embargo, cuando nos hacen la pregunta ¿Cómo se ve la paz? ¿a qué huele? ¿a qué nos sabe? ¿Cómo se construye la paz?, nos toma un poco más de tiempo responder, porque nuestra historia no ha sido atravesada por espacios de paz, sino de dolor, de violencia, de guerra. 

Por ello, repensamos nuestro quehacer desde el programa y concluimos que es un deber seguirle apostando a construir mundos posibles basados en la cooperación, la empatía y la alegría desde metodologías y talleres vivenciales para que, como plantea Galtung, pensarnos y edificar la paz, sea más allá de la ausencia de la guerra. A esto, nos llevó la experiencia sensorial intermedia el día del intercambio, que permitió pensarnos ¿qué es la paz? dejando unos resultados bonitos de cómo la paz puede ser construida desde la música, el arte, los sabores típicos, desde la construcción de sueños; de cómo la paz puede ser construida a partir del canto de una mujer lideresa que ha vivido el conflicto y hoy canta como ejercicio de resiliencia; a partir de las teclas de un piano que suenan al ritmo de las palpitaciones de un corazón del joven de escasos recursos que sueña con estudiar música; a partir de mapas de sueños construidos por estudiantes de un colegio ubicado en un sector donde los jóvenes tienen pocas posibilidades de cumplirlos debido a la falta de oportunidades; a partir de un manjar blanco realizado por una mujer que los vende para brindarle a sus hijos un futuro alejados de la violencia.

Fue así como la experiencia concluyó en que la paz tiene distintos matices  e implica un esfuerzo individual que coge fuerza en la colectividad para hacer posible que los sueños y anhelos terminen siendo una realidad. El intercambio entonces, fue la oportunidad ideal donde reconocimos que cada territorio tiene su particularidad, y que solo a partir del diálogo y la reflexión conjunta, seguiríamos forjando la esperanza de construir territorios pacíficos en nuestro país.

*Angelica López Yepes* es Trabajadora Social colombiana, especialista en Cultura de Paz y Derecho Internacional Humanitario, Magíster en Derechos Humanos y Cultura de Paz. Ha trabajado en organizaciones enfocadas en la defensa de los derechos humanos y la intervención social con perspectiva de género. Desde agosto de 2023 es la Coordinadora del Programa de Construcción de paz territorial con enfoque de género en comunidades afectadas por el conflicto armado de las ciudades de Medellín y Cali, Colombia.