Autor: Maldita.es
13 septiembre, 2022

Los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre Violencia Doméstica y Violencia de Género (EVDVG) del año 2021 muestran una tendencia: la violencia de género aparece cada vez a edades más tempranas. Las cifras del organismo, basadas en el Registro Central para la Protección de las Víctimas de la Violencia Doméstica y de Género del Ministerio de Justicia, reflejan un incremento del 28,6% respecto a 2020 en el número de mujeres víctimas de violencia de género menores de 18 años y una subida del 70,8% en el caso de los denunciados también menores de edad.

A esta realidad que refleja el INE se suma que cada vez son más los jóvenes (uno de cada cinco chicos entre 14 y 29 años) que niegan la violencia de género o que la consideran un “invento ideológico”, según datos del Barómetro sobre Juventud y Género del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad Juventud de 2021. Este cambio de paradigma, según las fuentes consultadas, responde a varias causas pero en él destacan algunas claves: la falta de reconocimiento de los agresores como tal y que los discursos negacionistas son más fáciles de penetrar en los adolescentes. A esto se añade que actualmente las chicas jóvenes denuncian más, ya que cada vez están más concienciadas sobre este tipo de violencia 

Una problemática que responde a múltiples causas

De acuerdo a los datos del INE, el mayor incremento respecto a las cifras del año anterior en mujeres víctimas de violencia de género se produjo en las menores de 18 años, pasando de 514 en 2020 a 661 en 2021. Esto supone un aumento del 28,6%. 

Este incremento no sucede sólo en las víctimas. También los menores de 18 años denunciados por violencia de género suponen el mayor incremento respecto al año anterior, según el INE. Mientras que en 2020 fueron 72, en 2021 fueron 123, es decir, un incremento del 70,8%. 

Juan Ignacio Paz, psicólogo especialista en violencia machista que desarrolla su labor en el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM), insta a ser cauto a la hora de hablar del “aumento de la violencia machista en adolescentes”, pero asegura que desde el IAM han apreciado un incremento de asistentes al programa específico de violencia de género en menores de 18 años que tiene la Junta de Andalucía. Esta violencia, según declara el experto del IAM, avanza de forma más rápida en adolescentes que en adultos. De hecho, semanas antes de que el INE publicara sus datos, el organismo andaluz alertó sobre un incremento de las adolescentes atendidas por violencia de género y sexual: un 15,7% más que en 2020.

Los psicólogos y sociólogos coinciden en destacar como punto clave a la hora de abordar esta realidad la mayor concienciación que muchas jóvenes tienen y que lleva a no normalizar determinados comportamientos. “Existe una mayor concienciación sobre este ámbito y situaciones de violencia que hace años eran consideradas como ‘peleas de novios’, ahora sí se plantean como violencia y se da el paso de denunciarlas”, afirma el psicólogo Juan Ignacio Paz.

“Esto es lo que se ha denominado como ‘La Paradoja Nórdica’”, añade Victoria Ferrer, catedrática de Psicología Social en la Universidad de las Islas Baleares. Este fenómeno, que se ha estudiado desde el mundo académico, refleja cómo en los países con tasas de igualdad de género mayores —y por tanto, de mayor concienciación sobre el problema—, existen índices de violencia de pareja más altos. “El hecho de poner nombre a una violencia y concienciar sobre ella, repercute en su visibilización”, asevera Ferrer.

No obstante, las causas no recaen sólo en ellas. El psicólogo del IAM se centra en los adolescentes varones: “El cambio de roles de género y el hecho de tener que reaprender su papel en la sociedad genera mucho malestar entre los chicos adolescentes, según vemos en los institutos”, indica.

Heinrich Geldschläger, psicoterapeuta y socio fundador en la Asociación Conexus (que cuenta con un programa dirigido a hombres que ejercen violencia machista y otro para la prevención y atención de relaciones abusivas en jóvenes), explica el fenómeno a través de la llamada ‘Teoría del monstruo’. “Desde los medios de comunicación y las campañas de publicidad e institucionales se ha dibujado al agresor como un monstruo, lo que provoca que los adolescentes no se reconozcan como tales”, asegura Geldschläger. 

La psicóloga Victoria Ferrer va más allá y pone el foco en los mensajes: “Desde estas campañas siempre se habla a los chicos en negativo, indicándoles en todo momento a los varones cómo no se deben comportar pero sin ofrecerles alternativas o herramientas”, añade.

Geldschläger se centra en la normalización del control que se ejerce en las relaciones de parejas jóvenes y que tradicionalmente “se asocia al amor romántico”. Según datos del Barómetro sobre Juventud y Género de Fad Juventud, el 18,1% de los chicos entre 15 y 29 años y el 12,7% de las chicas en este mismo rango de edad consideran “normal” mirar el móvil de tu pareja “si piensas que te está engañando”.

En auge el negacionismo de la violencia de género en menores 

Los expertos tampoco pasan por alto los discursos negacionistas de la violencia de género y apuntan a este tipo de narrativas como el tercer factor del aumento de la violencia entre adolescentes. “Antes había un consenso en torno a la violencia de género que ahora se ha roto. El discurso individual se nutre del discurso social y si a nivel social se habla de denuncias falsas o de que la violencia no tiene género, los jóvenes se aferran a ello”, dice el psicoterapeuta Geldschläger.

De hecho, este tipo de discursos, explica Fátima Arranz, doctora en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, son más permeables en los adolescentes que en adultos. “En edades más adultas se tiende a filtrar estos mensajes a través de la razón, a diferencia de los jóvenes que lo hacen desde la vía de la emoción”, coincide también la psicóloga Victoria Ferrer. 

Precisamente el negacionismo de la violencia de género entre los jóvenes se ha incrementado desde el año 2019. Sólo un 50,4% de los chicos entre 14 y 29 años cree que la violencia de género es un problema social grave y a la pregunta de si consideran que la violencia de género no existe y es un “invento ideológico”, uno de cada cinco chicos jóvenes (el 20% de ellos y el 9,3% de las mujeres) está de acuerdo con esta afirmación, según el tercer barómetro sobre Juventud y Género del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad Juventud. De acuerdo a un estudio publicado en la revista científica The Lancet elaborado con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) este tipo de violencia afecta a una de cada cuatro mujeres en el mundo.

Los expertos coinciden en que hay una relación entre el incremento de la violencia de género en los adolescentes y el aumento de aquellos que la niegan. “Desde el momento en el que niego que exista una violencia estoy afirmando que es un comportamiento legítimo y, por tanto, los agresores tampoco se reconocen como tal”, señala la catedrática Victoria Ferrer. 

Las cifras que arroja otro informe realizado en noviembre de 2021 por la Universidad de La Laguna y el Cabildo de Tenerife llevan, de hecho, a la misma conclusión: la mitad de los jóvenes entre 11 y 20 años de Tenerife niegan la existencia de la violencia machista y creen que esta “afecta por igual a hombres y mujeres”. Además, el estudio destaca que los jóvenes y adolescentes de Tenerife “reciben formación afectivo sexual y de igualdad de género de escasa calidad y continuidad”.

Ofrecer herramientas y alternativas a los chicos y fomentar las ‘masculinidades alternativas’ y la educación afectivo-sexual

De acuerdo a lo planteado por los expertos, la educación afectivo-sexual es clave y la primera posible solución ante este cambio de paradigma. “La prevención y la educación afectivo-sexual y emocional debe ser mucho más extendida y continuada. No se puede limitar a talleres concretos en fechas específicas como el 8-M”, dice Heinrich Geldschläger. De hecho, la conocida como ley del solo sí es sí tiene previsto incluir educación sexual obligatoria para los menores que sean agresores. 

Tanto Heinrich como el psicólogo Juan Ignacio Paz señalan también la importancia de crear servicios específicos que estén destinados a los jóvenes en los que se pueda realizar una detección temprana de los indicios de violencia y poder intervenir en ellos haciendo un trabajo educativo preventivo. “Cuanto antes se identifique una conducta y se trabaje para desaprenderla, más fácil será de modificar. Las personas adultas que tienen pautas de comportamiento establecidas son mucho más difíciles de corregir. En adolescentes, la experiencia pasada pesa menos, son más plásticos y, por tanto, los comportamientos son más moldeables”, afirma Victoria Ferrer. 

La catedrática de la UIB apunta como tercera posible solución a esta realidad la necesidad de ofrecer herramientas y alternativas de comportamiento a los varones con comportamientos hostiles y abandonar los mensajes “en negativo” antes mencionados. Estas alternativas de comportamiento, según el psicoterapeuta de la Asociación Conexus, es lo que se ha llamado “nuevas masculinidades”

“Por suerte, las actuaciones de éxito en este ámbito están logrando que cada vez haya más chicos de nueva masculinidad alternativa que tienen relaciones igualitarias y responden con valentía a las demandas de apoyo de sus compañeras”, asegura la socióloga de la universidad bilbaína de Deusto Ana Vidu, quien junto a su grupo de investigación científico han creado la plataforma Sappho con el objetivo de derribar mitos y desinformación en torno al género.