(Madrid, 19 de julio de 2016).- La Premio Nobel de la Paz y activista de los derechos humanos en Guatemala, Rigoberta Menchú, entregará el Premio al Cine y la Educación en Valores durante la gala de la tercera edición de los Premios Platino del Cine Iberoamericano, que tendrá lugar el 24 de julio en Punta del Este(Uruguay).
El Premio al Cine y la Educación en Valores es un reconocimiento que se entrega por primera vez en esta ceremonia y que busca reconocer aquellas películas con un alto componente en valores sociales, cuyos contenidos y temáticas puedan ser utilizados educativamente para prevenir posibles conductas de riesgo entre niños y adolescentes.
Este Premio, fruto de la colaboración entre la FAD y la Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales (EGEDA), surge como parte natural del desarrollo que la Fundación ha llevado a cabo desde 1995, año en el que empezó a usar el cine como herramienta educativa dada su utilidad a nivel preventivo.
Este uso ha permitido generar diversos programas educativos como Cine y Educación en Valores, que está destinado al profesorado y alumnado de Educación Primaria y Secundaria Obligatoria. Con tres objetivos básicos: la participación en el proceso educativo fomentando la reflexión; el aprovechamiento y análisis de la temática de las películas para poder reducir la aparición de conductas de riesgo y fomentar el gusto por el cine como fuente de enriquecimiento cultural.
El éxito de la experiencia en España con el programa Cine y educación en Valores, donde cerca de 1,7 millones de estudiantes de Educación Primaria y Secundaria han ido a las salas de cine para consolidar valores como la convivencia, la tolerancia o el respeto, ha animado a la FAD y a EGEDA a tratar de extenderlo por toda América Latina.
Los Premios Platino del Cine Iberoamericano están promovidos por EGEDA en colaboración con FIPCA y nacieron en 2014 con la clara intención de convertirse en uno de los más importantes instrumentos de fomento y apoyo a la cinematografía iberoamericana.
Con estas premisas, Rigoberta Menchú no ha dudado en apoyar este reconocimiento, como una de las líderes para la defensa de la igualdad social más destacadas a nivel mundial. Perteneciente a la etnia indígena maya-quiché en Guatemala, Menchú sufrió en su infancia y juventud la pobreza, discriminación racial y represión generada por una sociedad desigual. Parte de su familia fue torturada y asesinada por militares y los “escuadrones de la muerte”, pero mientras sus hermanos se unían a la guerrilla, ella emprendió una revolución pacífica en denuncia del sistema guatemalteco por todo el mundo. Una labor que fue distinguida en 1992 con el Premio Nobel de la Paz y que le permitió ejercer de mediadora entre el Gobierno y la guerrilla. Su lucha por la justicia social y reconciliación etnocultural basada en el respeto de los derechos indígenas ha sido alabada por multitud de instituciones y organizaciones, al mismo tiempo que se ha labrado el respeto de los grandes líderes internacionales.