Cuánto controlas del… tabaco
El consumo de tabaco es un problema de Salud pública, supone una gran carga económica y produce una gran morbilidad. Se trata de la primera causa evitable de muerte en países desarrollados.
Es frecuente comenzar a fumar por la presión del entorno más próximo, por rebeldía, como rito de paso de la infancia a la juventud o por simple curiosidad, olvidando que se trata de una sustancia que, aunque legal, es una droga.
La encuesta oficial sobre uso de drogas en estudiantes de Enseñanzas Secundarias de 14 a 18 años de toda España, ESTUDES, muestra cómo el tabaco está en segunda posición en cuanto a consumo, por detrás del alcohol, y en edades muy tempranas. Y eso, a pesar de toda la información existente, de lo conscientes que somos de sus sustancias nocivas y de su connotación negativa asociada a la salud y la mortalidad.
Le llamemos cigarro, cigarrillo, piti, pitillo, cilindro, puro, purito, hookahs (pipa de agua) o vapeo, uno de los grandes retos es evitar que haya nuevos fumadores. Prevenir nuevos casos de inicio en el consumo, ya que, una vez que eres fumador, es difícil dejarlo. Sin olvidar que fumar te afecta a ti y a los que te rodean, que pasan a ser fumadores pasivos.
El tabaco es una droga estimulante que contiene nicotina, una sustancia química muy adictiva, con un efecto parecido al de la cocaína o la heroína.
El tabaco es una droga estimulante que contiene nicotina, una sustancia química muy adictiva que llega al cerebro en segundos, con un efecto parecido al de la cocaína o la heroína: libera dopamina y enseña al cerebro a querer más; aunque no distorsiona la percepción de la realidad. Y esa es solo una de las muchas sustancias químicas que contiene.
El tabaco mata en España a más de 50 000 personas al año y a ocho millones en todo el mundo. La Organización Mundial de la Salud prevé que para 2030, 10 millones de personas podrían morir al año de forma prematura por enfermedades vinculadas al tabaco (respiratorias, coronarias… y está presente en unos 20 tipos de cáncer como el de laringe, boca, pulmón, vejiga, páncreas, hígado, etc.).
Y el problema no es solo el cigarro, sino que puede abrir la puerta a las pipas, al cigarrillo electrónico y a otros dispositivos de alta tecnología para vapear; estas se perciben más inofensivas que el tabaco, pero no lo son por las sustancias químicas que llevan añadidas. Por eso, acabar con el consumo de tabaco se ha convertido en uno de los grandes desafíos vinculados a la salud.
Que nuestro consumo no dependa de otros
¿Alguna vez has intentado utilizar el tabaco para encajar en un grupo? Un momento divertido en el que te sientes parte de algo. Hablas, ríes y echas el rato. Pero también es toda una tentación para empezar a fumar o recaer, si lo hemos dejado.
El riesgo perfecto para experimentar. Por eso es importante tomar nuestras propias decisiones y que el consumo no dependa de otros, sino de nosotros mismos.