Efectos | Como ocurre con otras drogas, la acción de estas sustancias varía de manera considerable entre individuos, ambientes y circunstancias. Pese a ello, se pueden citar como efectos más comunes los siguientes:
- Sensación de euforia que se manifiesta con excitación nerviosa, insomnio, locuacidad, aumento del grado de confianza y de autosatisfacción, agitación, en ocasiones agresividad, ausencia de apetito y de fatiga e hiperactividad.
- Una de las acciones propias de las anfetaminas es la capacidad que tienen de incrementar el nivel de atención y concentración en tareas concretas, y ésta es la razón por la que su uso ha estado tan difundido en el ámbito estudiantil.
- A nivel físico, la persona puede manifestar sed, sudoración, taquicardia, aumento de la tensión arterial, naúseas, malestar, dolor de cabeza, vértigos,… A menudo, se presentan muecas exageradas y anormales de la mandíbula o movimientos estereotipados.
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Riesgos |
- Las sobredosis aumentan la temperatura corporal, pueden causar inquietud, alucinaciones, irritabilidad, convulsiones e incluso la muerte.
- El uso continuado de este fármaco da lugar a depresiones severas. Puede aparecer un cuadro denominado psicosis tóxica anfetamínica, que se puede confundir con la esquizofrenia.
- Un abuso crónico de las anfetaminas provoca la aparición de acné, cabello seco y sin vida y trastornos en los dientes, encías y uñas.
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Consumo de menor riesgo | Tener en cuenta que:
- El efecto esperado al consumir la sustancia no aparece de manera inmediata, por lo que hay que evitar consumir una cantidad mayor para experimentar los efectos deseados.
- No mezclar el consumo de anfetaminas con otras sustancias (incluidos los medicamentos), especialmente con alcohol, ya que las consecuencias son impredecibles.
- Consumir con amigos, en un ambiente de confianza mejorará los resultados del consumo y evitará efectos desagradables.
- Anticipar la posibilidad de que aparezcan efectos negativos (angustia, confusión, sudoración, pérdida de control sobre la situación), más probables con dosis altas. Intentar mantener la calma y solicitar ayuda.
- No volver a consumir si aparecen reacciones desagradables.· No consumir más anfetaminas u otras sustancias para evitar el “bajón” una vez pasado el efecto, ya que esto no haría más que empeorar y prolongar el problema.
- Intentar espaciar los consumos.
- Evitar realizar esfuerzos físicos y mentales bajo los efectos del consumo y después de unas horas. Es necesario dormir y descansar suficientemente las horas posteriores al consumo.
- Descansar, tomar el aire, beber agua, no consumir alcohol, con el fin de evitar los riesgos del aumento de temperatura corporal y de deshidratación.
- Si se tienen enfermedades del tipo de: diabetes, asma, problemas cardíacos, tensión arterial alta, epilepsia, enfermedades mentales o se está embarazada, no consumir bajo ningún concepto
- Ante cualquier situación de urgencia, acudir lo antes posible a los servicios sanitarios oportunos.
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