Estamos asistiendo a un momento histórico que aparecerá en todos los libros de texto futuros. Un problema global que se puede enfrentar localmente porque depende mucho de la responsabilidad individual, sin menoscabo de la responsabilidad de las autoridades. En cualquier causa, es fundamental que el compromiso de cada una y cada uno sea firme: lo mismo que se pide a los gobiernos hay que pedírselo a los individuos.
¿Pero sobre qué se construyen el compromiso y la responsabilidad social? Se trata de valores colectivos cimentados en decisiones individuales. El COVID-19 los está poniendo a prueba a golpe de contagio y de miedo, pero son más difíciles de derribar si conseguimos explicarlos desde el bien común: ese que beneficia a todas y todos, sin importar la edad, el género, la nacionalidad, las identidades…
El personal sanitario nos está animando a comprometernos en este sentido, nos está pidiendo una vuelta de tuerca mental para entender que si yo me quedo en casa no es por mí, es por las personas más vulnerables. Si yo me quedo, limito contactos y evito que se propague el virus. La atención hospitalaria está saturada y contener el número de afectados y afectadas es primordial.
Todas y todos conocemos la leyenda de la chica de la curva y algunos y algunas le tenemos terror… Pero si conseguimos superar los miedos, o, más bien, racionalizarlos para que sean funcionales (que se traduzcan en prudencia, en consciencia…), llegamos a la conclusión de que la chica de la curva nos puede ayudar a llegar más seguras y seguros a nuestro destino. Nos asusta de entrada, pero, una vez que le hacemos hueco, nos ayuda avanzar con más cautela.
Creemos que las y los jóvenes podéis jugar un papel CLAVE en esta crisis sanitaria porque estáis en una etapa de la vida en la que vuestra mayor flexibilidad os hace más generosos y más capaces, más creativos y más comprensivos. Sabemos, además, por los datos de nuestra organización, que estáis comprometidos y comprometidas con diversas causas y que no os duelen prendas para ampliar el radio de acción. Nos habéis dado una lección tremenda con la emergencia climática y confiamos en que también cojáis la batuta en esta otra emergencia.
Por todo esto, os animamos no solo a sumaros al movimiento #YoMeQuedoEnCasa y #FrenaLaCurva sino a que sigáis siendo líderes y lideresas de un futuro mejor. Porque seréis vosotros y vosotras quienes escribáis esos libros de historia y quienes seguiréis haciendo la leyenda funcional y los datos realidad.