Autor: firmainvitadapj
3 enero, 2024

*Priscila Bueno A.*

Para empezar el año, os traemos un cuento sobre miedos e inseguridades, sobre la necesidad de afrontarlas y de no enterrarlas, de no mirar para otro lado como cuando hay “un elefante en la habitación“. 

En el corazón de una tranquila sala yacía un elefante silencioso, una presencia tan imponente que nadie se atrevía a mencionar. Los habitantes de la sala vivían atrapados en un microcosmos de silencios y omisiones. Para mantener las apariencias, evitaban hablar del elefante que ocupaba un espacio notorio en el centro de la estancia.

El elefante, sin embargo, no se desvanecía con el silencio; al contrario, permanecía allí, ávido de reconocimiento. Cada día, los habitantes recitaban una canción que resonaba en los confines de la sala:

“No está, No estuvo,

No existe, No existió…”🎶 

A pesar de sus esfuerzos por ser lo que aparentaban ser ante los demás fuera de esa sala, recitar de memoria no era suficiente para convertir un hecho en ficción. Aquellos que intentaban ignorar al elefante se encontraban perdidos en su propia narrativa, sin comprender la riqueza que el elefante podía aportar a la historia.

Un día, al notar que la historia del elefante se filtraba más allá de los límites de la sala, una sensación de incertidumbre creció, y murmullos sobre su verdadera naturaleza se propagaron. Surgieron dudas y reflexiones sobre si el elefante era realmente un paquidermo:

— ¡Es un insecto! — dijo la mariposa.

— ¡O un reptil! — mencionó el camaleón.

Pronto descubrieron que el elefante era tanto como decidieran imaginar, porque la verdadera esencia del elefante era la proyección de cada individuo.

En esta sala, la presencia del elefante se convirtió en un recordatorio de que las historias no contadas y las verdades ocultas podían tener un impacto más duradero que el silencio autoimpuesto. Los habitantes, entonces, empezaron a dialogar sobre sus percepciones y temores:

— Quizás sea un gigante — sugirió el ratón.

— Tal vez sea una manifestación de nuestros miedos— reflexionó el búho.

Así, la diversidad de perspectivas se convirtió en un tapiz de interpretaciones únicas, revelando las capas más profundas del interior de cada individuo.

Moraleja: No olvides el elefante, porque su historia persistirá incluso cuando haya dejado la sala.


Si necesitas ayuda para afrontar estos miedos e inseguridades, si no puedes sola o solo con tu elefante, cuenta con Fad Juventud. Te escuchamos y/o te leemos en el teléfono del SIOF Joven (900 16 15 15) o por Whatssap (623 22 05 70) y correo electrónico (consultas@fad.es). Háblanos y te ayudaremos. 

*Priscila Bueno A.* dio inicio a su trayectoria profesional en una organización no gubernamental enfocada en la defensa de los Derechos Humanos de personas solicitantes de asilo. Desde el inicio de sus estudios, Priscila tuvo una visión clara de su interés en trabajar con colectivos en situación de riesgo de exclusión social, orientación que ha definido su rumbo profesional. Su compromiso y determinación la guían de manera firme hacia el camino que ha elegido seguir. Actualmente, forma parte, como psicóloga, del SIOF en Fad Juventud.