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Tips para sobrevivir a la “montaña rusa navideña”

Este post es para ti, que eres el Grinch de la casa, odias las multitudes y apagas la tele harta de ver anuncios de colonias carísimas. Sabemos que a ti tampoco te gusta la Navidad, pero, tranquilo, no es grave. Al fin y al cabo, solo dura unos días y, este año, con lo mal que lo hemos pasado, es natural que te sientas menos navideña que otros años. Eso por no hablar del vaivén emocional de los últimos meses… Sin embargo, tampoco es plan de amargarse demasiado (sobre todo si tienes la fortuna de tener vacaciones), por eso te ofrecemos unas cuantas claves para allanar las cuestas y bajadas de la montaña rusa navideña, y ayudarte a pasar unos días tranquilos y agradables.

Empecemos por el principio…. Te levantas una mañana cualquiera y sales a la calle. Hace un frío que pela y, por todas partes, hay luces de colores que te deslumbran. No tienes ni hueco para moverte por la acera porque la gente va cargada de paquetes. Por si eso fuera poco, todos se sonríen (a veces forzadamente) y se felicitan como si hubieran ganado algo. Voilá! No te habías dado ni cuenta, pero ya es Navidad otra vez. Vuelta a las comilonas antiveganas, los regalos consumistas, la felicidad impostada… No hay escapatoria, estás acorralada, atrapado. Pero, ¿y si no fuera así?

Para empezar… ¿Y si este año normalizamos TODAS las emociones? La alegría, la tristeza, el aburrimiento o el ansia conviven en nuestro interior los 365 días del año y, con mucha más razón, en esta época del año en la que combinamos celebraciones familiares y sociales (este año reducidas) con el recuerdo de las personas que ya no están con nosotros. Si siempre somos una montaña rusa emocional, del 23 de diciembre al 10 de enero, somos la atracción con más loopings que hay en el parque de atracciones de la inestabilidad mental, pero esto es mucho más sano que obligarte a ser feliz “veinticuatro siete”.

Para continuar, grábate en la cabeza que NO es obligatorio que te guste la Navidad, ni que tengas que tunearte de Papá Noel o llenar la casa de espumillón. No tienes que sumarte a todas las costumbres y prácticas que implican estos días. Solo déjate estar e intenta pasar unos días apacibles. Y si, aunque antes eras el espíritu de las navidades presentes, este año el fantasma de la COVID te ha dejado agotado, haz lo que te pida el cuerpo y no te fuerces. De hecho, según expertos y expertas, la felicidad se parece más a la tranquilidad interior que a la euforia.

La familia, ¡ay, la familia! Aquí sí que te aconsejamos que, durante un rato, dejes de lado la rebeldía y la transgresión antinavideña para acercarte a tu madre, a tu padre o a ese hermanito pequeño que se vuelve loco por montar el LEGO que le ha traído Papá Noel. Al igual que tú, también lo han pasado muy mal a raíz de la pandemia y puede que la vía de escape navideña les ayude a encontrar un ratito de felicidad en la cena de Nochebuena o la comida de Navidad (por supuesto, cumpliendo con las medidas sanitarias establecidas). Además, sabemos que el Grinch que vive en tu interior es tan buenazo como el de la peli y que, en el fondo, también gusta de unos buenos mimos familiares de vez en cuando.

Grita conmigo “Bye-bye, 2020” Sin duda, uno de los motivos más potentes para hacerte sentir mejor: llega a su fin un año marcado por palabras como virus, pandemia, confinamiento, desescalada, y otro sinfín de términos que en 2019 nos parecían sacados de una peli distópica de ciencia ficción. Todos los años decimos eso de que “el año que viene será mejor”, pero esta vez parece más cierto que nunca eso de que 2021 va a ser, ¡tiene que ser!, mejor que su predecesor. Ojalá todo marche bien y en 2021 digamos adiós a los saludos con el codo y volvamos a achucharnos y abrazarnos como es de ley.

Y, por último… ¡Reinventa la Navidad! Si estás ya harta de la decoración “verdiroja” y no toleras más pelis ñonas con final feliz, ¡tunéate una Navidad a tu gusto! Decora con rotuladores negros las bolas del árbol, monta un belén futurista en el que salga Luke Skywalker, cambia el disfraz de Papá Noel por uno de vieja gloria del glam rock y regálate un maratón de pelis de Tim Burton. Al fin y al cabo, lo que más mola de las tradiciones, ¡es cambiarlas a nuestro gusto!

Querido lector, querida lectora, terminamos este post deseándote que vivas la Navidad de la forma más libre, plácida y cómoda posible, sea como el Grinch, como un personaje de Star Wars o, mejor, como tú mismo, como tú misma. No se nos ocurre mejor 2021 que uno en el que todas las personas tengamos la opción de ser simplemente como queramos ser.