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Repensar la educación: un desafío global

El documental Time for school: 2003-2016, narra las trayectorias educativas de cinco jóvenes procedentes de lndia, Brasil, Kenia, Afganistán  y Benin. El documental no sólo transmite los importantes esfuerzos personales que los y las jóvenes realizan para poder asistir a la escuela todos los días, sino que también refleja la necesidad de que se llegue a un compromiso global sobre la escolarización de los y las jóvenes más vulnerables.

Así, y según se cuenta en el blog del banco mundial, 124 millones de niños, niñas, adolescentes y  jóvenes en el mundo, ven vulnerado su derecho a recibir una educación de calidad que les posibilite llevar una vida sana e integrada en la vida productiva. Un dato que, además, no tiene en cuenta los millones de niños/as y jóvenes que se ven afectados/as por el abandono escolar temprano.

 En este sentido, el informe Global Education Monitoring Report 2016, pronostica que, en 2030, tan sólo el 70% de los y las jóvenes procedentes de países empobrecidos, habrán terminado la educación básica. Asimismo, el informe indica que en estos países, en 2030,  tan sólo una de cada diez personas jóvenes poseerá las habilidades necesarias para poder introducirse en el mercado laboral con éxito.

En este contexto, los desafíos a los que hay que hacer frente a nivel global, están claros. Unos desafíos que deben ser enfrentados por parte de toda la comunidad global, pues en unas sociedades cada vez más interconectadas y dependientes, el enfoque colectivo es de vital necesidad. Ante esto, el tema que vertebró la Cumbre del Grupo de Jóvenes del Banco Mundial en 2016, fue la educación en el nuevo milenio. Los cuatro temas que se analizaron durante la cumbre fueron: la innovación y la tecnología en la escolarización; las habilidades educativas para la nueva economía; la equidad de género en la educación; y la escolarización en zonas empobrecidas. Estos temas han sido tomados como los engranajes clave para que la educación y la escolarización de calidad y universal, pueda ser posible.

 Nos encontramos entonces, ante un contexto en el que los desafíos a los que se enfrenta la comunidad global, son de enormes magnitudes. No obstante, no podemos olvidar que, también están a nuestro alcance, muchas soluciones para hacerles frente. En este sentido es vital que los y las jóvenes  sean protagonistas del cambio social, pues nadie conocer mejor que ellos/as mismos/as, sus situaciones vitales.