*Merche Torres*
La Fundación Fad Juventud también llega al ámbito rural. Durante el mes de mayo se han realizado talleres de “Prevención del uso del cannabis” con alumnado de secundaria y sus familias en la Sierra de Cazorla, Segura y Las Villas. Y es que, en temas de prevención, como en cualquier tema educativo, es necesario llegar a todas partes, especialmente a aquellas que pueden resultar más olvidadas.
Creo que somos muchas personas las que, a día de hoy, pensamos que el ámbito rural sigue estando olvidado, invisibilizado, que pasa desapercibido en torno a varias y diversas cuestiones. Aunque se ha ido avanzando en algunos aspectos (dotación de infraestructuras, redes de Internet y comunicación, tecnologías, creación de pequeños yacimientos de empleo relacionados con el turismo rural…), en lo que respecta a la oferta de recursos preventivo-educativos para niños y niñas, jóvenes y adolescentes relativos a acciones, actividades y talleres de prevención de conductas de riesgo, todavía queda mucho por hacer.
Pero desde Fad Juventud siempre hemos apoyado (y apoyamos) la realidad social y queremos llegar al máximo número de pueblos, aldeas, pedanías y lugares que, por más recónditos que estén, también necesitan el ofrecimiento y la llegada de la información a su población. En esta ocasión, durante los días 5 y 10 de mayo de 2023 se han realizado talleres de “Prevención del uso del cannabis” tanto con el alumnado de 2º y 3º ESO como con sus familias en el IES “Villa de Santiago”, en Santiago de la Espada (Jaén). Este municipio de apenas 1000 habitantes está situado en pleno corazón del Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, limitando con las provincias de Albacete, al norte, y Granada, al sur, y rodeado de unas ochenta y seis pequeñas aldeas, al cual se llega a través de sus serpenteantes carreteras de alta montaña que atraviesan su accidentada orografía.
Son lugares maravillosos, donde se respira tranquilidad y aire puro, rodeados de naturaleza, con una flora y una fauna incomparables y, muchas veces, desconocida por las personas que habitan en grandes núcleos urbanos o lugares muy poblados. Aunque, en ocasiones, el camino de ida y de vuelta a alguno de estos lugares puede parecer infinito, teniendo que transitar por lugares inusitados, merece mucho la pena llegar por el agradecimiento que recibimos por parte de los lugareños y las lugareñas, siendo una de las principales cualidades que llevan por bandera.
Cuando te diriges a un centro educativo a realizar actividades o talleres con adolescentes o con familias te tratan como si fueras “uno o una más”, no obviando que la participación de las personas que asisten es especial, muestran gran atención e interés y realizan un considerable número de preguntas de las que esperan ávidos sus respuestas. En los entornos donde la llegada de recursos adolece, los comportamientos, atención, sensaciones e impresiones de las personas receptoras difieren respecto al público al que se dirige el desarrollo de programas y proyectos en espacios urbanos en los cuales, las posibilidades y oportunidades son muy elevadas.
Cabe también destacar que las zonas rurales generan sus propias oportunidades de desarrollo para las personas jóvenes, como puede ser la idea de emprender y volver a los pueblos para llevar a cabo algún proyecto. Por tanto, debemos colaborar para desarrollar esas oportunidades para ellos y ellas. Está en nuestra mano conseguir que los recursos preventivo-educativos lleguen a los lugares más escondidos de la geografía española, y, en este caso concreto, de la geografía andaluza, donde existen gran cantidad de municipios aislados, con muy escasa población y escasas oportunidades para poder acceder a ciertos medios.
Como comentaba un vecino en esta última visita: “a Santiago de la Espada no se viene de paso, a Santiago de la Espada se va”. Y con Fad Juventud vamos. Y seguiremos yendo.
*Merche Torres (Villafranca de los Barros, Badajoz, 1986) es diplomada en Educación Social y técnica de proyectos de la Fundación Fad Juventud en la Delegación de Andalucía. Es “de pueblo”, apasionada de la vida sencilla, el cine, la natación y la buena conversación en buena compañía.