Autor: Alicia Avilés Pozo
8 noviembre, 2017

El nuevo Barómetro 2017 de ProyectoScopio refleja que, con carácter general, un 64% de la juventud española 15 a 29 años afirma no confiar en los partidos políticos

Según expertos, aunque se trata de una tendencia muy común en España, se ha visto incrementada por la “transmisión generacional”

El retraso en la edad de emancipación, la crisis económica y el 15M han generado un curioso efecto inverso entre la desconfianza creciente y el interés político, en aumento

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Además de la crisis económica, España ha atravesado una crisis institucional y de valores que ha provocado la ruptura total de las nuevas generaciones con sus representantes políticos. No se trata de una novedad en España, un país cuyos jóvenes se han caracterizado durante las últimas tres décadas por su “descreimiento” en la clases políticas, al menos en comparación con los países del entorno europeo. Sin embargo, existen algunos factores que, según los expertos, en la actualidad cumplen un papel esencial: la emancipación tardía, la denominada “transmisión generacional” e hitos muy importantes que han marcado el contexto social como la crisis económica y el 15M. Aquí los analizamos.

Los últimos datos sobre la ruptura juvenil con la política los ha constatado el nuevo Barómetro 2017 del ProyectoScopio del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud. Desvela que hasta un 64% de los jóvenes españoles de 15 a 29 años afirma no confiar en los partidos políticos. De hecho, se trata de la institución en la que menos confían seguida, a mucha distancia, de las instituciones religiosas (32,8%) y del sistema financiero (28,9%) Y hay más. El nivel de confianza en otras instituciones es también muy bajo, de forma que casi el 40% de los jóvenes dice no confiar en ninguna.

¿Qué confirman estas cifras? Que en nuestro país se mantienen dos efectos sobre la juventud: el ‘efecto ciclo vital’ y el ‘efecto cohorte’. Así lo explica Pablo Simón, experto politólogo. El primer término se refiere a la idea de que cuando somos jóvenes  hay una pautas de comportamiento que se transforman en la vida adulta al encontrar un trabajo o emanciparnos. “Ahí cambiamos nuestro comportamiento político ”, explica, tomando ejemplo el voto, menos abstencionista conforme crecemos.

El ‘efecto cohorte’ es más determinante. Establece que en nuestros años de juventud los comportamientos políticos todavía están en formación y que los eventos políticos que ocurran entonces “nos dejarán una marca indeleble que vamos a arrastrar durante el resto de nuestra vida”.

Ahí entra en juego el contexto social: la generación de los ‘millenials’ está marcada por las movilizaciones contra Guerra de Irak, y posteriormente por el 15M y la ruptura del bipartidismo.  Curiosamente, estos hitos explican otro indicador de ProyectoScopio: el hecho de que pese a la ruptura con la política, haya un interés creciente por la actualidad. En 2008, el número de jóvenes que mostraba esta actitud no llegaba al 27%. En 2014 se supera el 41%. Un efecto a la inversa marcado por la crisis económica.

Pero el hecho que la juventud no sea homogénea -una tesis en la que siempre insiste el CRS- hace que en esta percepción haya más variables. “En España existe un gran grado de transmisión generacional de valores, la idea de que en general la política es algo indeseable, que los partidos políticos no son útiles, y eso es algo que se da en todas las generaciones, salvo pequeñas excepciones como en la percepción de las ONG o los movimientos sociales”, detalla Pablo Simón. Podría pensarse que con la emergencia de nuevas formaciones políticas la tendencia cambiase pero no ha sido así. Lo que ha cambiado es la “volatilidad” del voto y el hecho de que los jóvenes dispongan de más información política debido a los nuevos formatos audiovisuales.

Lo que sí ha sido relevante es una consecuencia devastadora de la crisis económica como es el aumento de la edad de emancipación. Aunque el hecho de que los jóvenes tarden en independizarse es una constante desde hace muchos años, incluso previa a la crisis, ahora se ha acentuado. Ahora, el hecho de que permanezcan durante más tiempo en el hogar de los progenitores hace que la transmisión de valores de padres a hijos sea más intensa. “Si con 18 años ya tienes tu propio hogar o un trabajo, te empiezas a interesar por los asuntos políticos porque ves cómo te afectan directamente”.  No obstante, el efecto inverso antes mencionado juega aquí su papel porque desde 2011 los nuevos formatos audiovisuales y las redes sociales han contribuido a generar, no confianza, pero sí interés, tal y como afirma el estudio.

Esta compleja relación entre redes, política y juventud también está reflejada en otro de los estudios del CRS: “Política e internet. Una lectura desde los jóvenes (y desde la red)”. Desvela que casi la mitad de los jóvenes desconfían de la política convencional y que suponen además el 46% de los usuarios habituales de internet de 18 a 25 años. Solo  dos actores de la sociedad superan  ligeramente el 5 de nota, lo que sería un aprobado mínimo en confianza, y ambas fuera del entramado institucional “oficial”: ONG  y  medios de comunicación a través de internet.

Por eso una última clave para entender esta tendencia es que la televisión siga siendo el  medio más empleado para seguir la actualidad política: prácticamente 3 de cada 4 jóvenes la emplean (el 73%), con gran diferencia en menciones sobre el segundo canal informativo, los medios alternativos on-line y los periódicos on-line (44,5% y 43,6%, respectivamente).

El porcentaje de jóvenes que declara emplear la prensa escrita convencional (17,7%) confirma su menor impacto en la juventud frente a la versión on-line. Una proporción parecida emplea la radio (15,1%). Un  41,6% de consultados dice conocer los movimientos sociales y políticos que han surgido a través de Internet. Un  43,1%  declaran haber consultado la página web de un partido, un porcentaje elevado teniendo en cuenta la distancia marcada con la política tradicional en general. Igualmente, es elevada la recepción de peticiones o informaciones, demanda de firma de manifiestos, convocatorias de manifestaciones, comentarios o críticas de candidatos.

A continuación, Joan Subirats, Catedrático de Ciencia Política, investigador del IGOP/UAB y asesor del CRS explica cómo los nuevos formatos han permitido innovadores canales de representación política, también por parte de los jóvenes. “Formas de acción política que van más allá de lo previsto”: