Si miramos el calendario y buscamos un poco en Google con la curiosidad de lo que se celebra cada día, vemos que el 20 de marzo fue proclamado por la ONU como el Día Internacional de la Felicidad, una fecha simbólica para “conmemorar la importancia que tiene la felicidad como parte integral en el desarrollo y bienestar de todos los seres humanos” que se pone de relevancia desde el año 2013.
Este día fue propuesto por el Reino de Bután, un pequeño país del sur de Asia, donde hace más de cuarenta años su rey, con tan solo 16, decidió que la filosofía de su gobierno debía basarse en la felicidad de sus súbditos.
FELICIDAD PARA TODAS Y TODOS = SOLIDARIDAD
En estos momentos tan convulsos, creo que merece la pena pararse a reflexionar, aunque solo sea una milésima de segundo, en que ser feliz no solo consiste en encontrar nuestra propia felicidad, sino en tratar de ser un poco más solidarios, en que en nuestro camino de la búsqueda de la felicidad podamos lograr que otras personas estén más cerca de logar la suya. Si tuviéramos presente esto, seguro que viviríamos en una sociedad y un mundo mejor o, al menos, contribuiremos a dejar un mundo mejor para los demás.
En el “Informe Mundial de la Felicidad 2022” se destaca precisamente esto: que entre los factores que tienden a conducir a una mayor felicidad se encuentran la ayuda a las y los demás, el voluntariado y las donaciones. Podemos verlo en cómo está respondiendo nuestra sociedad a las consecuencias derivadas de la Guerra en Ucrania.
¿PERO QUÉ ES LA FELICIDAD?
Así que al responder a esta gran pregunta, “¿qué es la felicidad”?, podemos responder con enunciados clásicos como que para algunos sería tener todo el dinero del mundo y para otros ver una puesta de sol, pero que en ambos casos estaríamos equivocados porque sin la felicidad de las y los demás la nuestra no sería posible.
Pero también nos hace pensar que ser feliz es una decisión personal como lo es decidir ayudar otros. Tu estado de ánimo no puede depender de una circunstancia, cosa o persona, porque sino no sería tuyo, pero tampoco es solo una decisión individual porque el alrededor nos influye y nos condiciona, por eso tenemos capacidad de cambiarlo y mejorarlo.
“Y FUERON FELICES Y COMIERON PERDICES…”
Si echamos la vista atrás creo que casi todos podremos encontrar en nuestra memoria la siguiente frase: “Y fueron felices y comieron perdices…” Así terminan la mayoría de los cuentos de nuestra infancia y así esperamos que termine el nuestro propio, pero con perdices para todas y todos.
Como decían desde la ONG ACNUR para celebrar este día el pasado año: incluir a todas las personas en el desarrollo económico y social de los países, entre ellas a las personas refugiadas y desplazadas contribuye a la felicidad de todos y todas.
Así que hagamos que la felicidad sea posible, la nuestra y la de los demás.