El Grupo de Trabajo Interdisciplinar de participación juvenil de la ONU y United Network of Young (UNOY), acaban de publicar una guía práctica en colaboración con la PeaceNexus Foundation, titulada “Young people’s participation in peacebuilding”.
El texto, proporciona ejemplos de buenas prácticas en el terreno de la participación de las personas jóvenes en la construcción de la paz. La guía expone una amplia gama de actores, incluyendo ONG´s, agencias de la ONU y gobiernos nacionales –entre otros-, que demuestran la importancia del papel de los y las jóvenes en el impulso de la paz en diversos contextos, tal y como se explica en el blog de UNOY.
La guía subraya la importancia de invertir en juventud y consolidación de la paz, a partir de la exploración de hipótesis y teorías del cambio. De esta manera, el texto proporciona una visión global de las principales prácticas de éxito, en diferentes sectores y áreas temáticas, útiles para la elaboración de políticas públicas basadas en la empiria.
Así, las recomendaciones y buenas prácticas ofrecidas por la guía, oscilan en torno a 5 cuestiones:
1. A menudo, los procesos formales de las negociaciones de paz de los foros políticos, no están diseñados para los y las jóvenes, de manera que con frecuencia éstos/as piensan que no tienen lugar en estos espacios. Resulta necesario que las esferas políticas salgan a la calle en busca de su inclusión y participación.
2. La participación de las personas jóvenes debe ser un aspecto central en cualquier estrategia de consolidación de la paz. Por ello, hay que procurar no organizar eventos juveniles separados del resto; en su lugar, hay que incentivar que los y las jóvenes participen en los principales eventos, a todos los niveles.
3. La noción de “sociedades pacíficas” puede tener significados diferentes para las personas. En este sentido, es importante reconocer que las necesidades de los y las jóvenes podrían ser diferentes que las de las personas adultas, por lo que es importante recopilar el análisis de sus situaciones y estrategias ya que, a menudo, la juventud puede identificar problemas que tradicionalmente no han sido considerados en el ámbito de la consolidación de la paz.
4. Es necesario apoyar a los y las jóvenes en el desarrollo de sus propios proyectos; por ejemplo, a través del apoyo técnico o de una financiación adecuada y accesible. Con frecuencia, ellos y ellas saben lo que hacen pero necesitan ayuda.
5. Por último, hay que asegurarse de que el trabajo que se realiza desde diferentes ámbitos no impide su participación. Lamentablemente, la implicación práctica de los y las jóvenes en la construcción de la paz a menudo se ve soslayada por políticas o programas equivocados, por lo que hay que asegurarse de que las actuaciones no son contraproducentes para la participación juvenil.
Estas recomendaciones dan algunas pistas iniciales para la inclusión plena de los y las jóvenes en la consolidación y construcción de la paz. No obstante, resulta necesario que las comunidades políticas y sociales que tienen la paz por objetivo, salgan a la calle en su búsqueda, para analizar, incluir y tomar en su consideración sus perspectivas.