La lucha contra la violencia de género y la educación en igualdad van de la mano. Educar a niños, niñas y adolescentes es clave para crear una sociedad más igualitaria donde los comportamientos machistas no tengan cabida. Es urgente tratar esta problemática desde los hogares y los centros educativos para poder reconocer y combatir desde la infancia el machismo y los comportamientos violentos hacia las mujeres.
La violencia de género es una de las violaciones de derechos humanos más flagrantes que existen. Según la ONU, se calcula que, en todo el mundo, 736 millones de mujeres –casi una de cada tres– han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja, de violencia sexual fuera de la pareja, o de ambas, al menos una vez en su vida (el 30% de las mujeres de 15 años o más). En 2021, unas 45.000 mujeres y niñas murieron a manos de sus parejas u otros familiares en todo el mundo.
En España, los datos no son nada alentadores. Más de 1.200 mujeres han sido asesinadas por sus parejas o exparejas desde 2003. Desde 2013 se contabiliza también el número de menores víctimas de la violencia machista (hasta enero de 2023 han sido 49). Son cifras muy alarmantes que nos tienen que hacer reaccionar para darle prioridad a la educación en igualdad. Cifras detrás de las cuales hay historias personales, familias y menores. Y que está en nuestras manos como sociedad cambiar.
Una de las máximas preocupaciones es cómo en los últimos años ha aumentado el número de menores víctimas de violencia de género. Cada vez estos comportamientos violentos aparecen a edades más tempranas. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) el mayor aumento del número de víctimas de violencia de género en el año 2021 se dio entre mujeres de menos de 18 años (un 28,6%) y 661 chicas menores de 18 años contaban con medidas de protección.
La educación y la prevención de las conductas machistas son la palanca de cambio. Para prevenir este tipo de violencia son necesarios modelos alternativos de relaciones y educación afectivo-sexual, repensar los roles y estereotipos de género así como educar en un uso seguro y responsable de las tecnologías. Desde el Centro Reina Sofía de Fad Juventud este es uno de los temas que más nos preocupa y por tanto sobre el que más ponemos el foco en nuestras investigaciones. Desde 2017 se llevan a cabo barómetros bienales que nos permite hacer comparativas entre algunas variables.
Según los datos del Barómetro Juventud y Género 2023, financiado por la Delegación de Gobierno para la Violencia de Género del Ministerio de Igualdad, cuando se señalan cuáles son los factores que más influyen en la violencia de género la falta de educación es la opción prioritaria para explicarla, señalada por el 36% de jóvenes, seguida por la desigualdad entre hombres y mujeres (29%), el consumo de alcohol y otras drogas (28%), la educación patriarcal (26%) y las rupturas sentimentales, separaciones, divorcios, etc. (25,8%). La falta de educación es la opción más señalada tanto por hombres como por mujeres, en porcentajes similares (37% de ellas, 35% de ellos).
Revisar el móvil de la pareja sigue siendo el acto más reconocido: así lo identifica el 45% de jóvenes (hasta el 54% entre las mujeres y el 35% de los hombres). Los siguientes actos de violencia de género identificados se refieren al control, la minusvaloración y la humillación. Todos ellos con porcentajes también muy elevados de jóvenes y claras diferencias de género: el 36% conoce casos en los que se controla todo lo que hace la pareja (47% de mujeres, 25% de hombres) o se limita con quién se puede hablar o a dónde se puede ir (36% del total, 46% de las mujeres y el 26% de los hombres).
Datos que reflejan que queda mucho por hacer y que el camino a seguir es la educación en igualdad y la sensibilización social.
Educar contra la violencia de género y en la igualdad debería comenzar a edades tempranas, tanto desde los hogares como desde las aulas. Aquí te dejamos algunas de las claves más importantes.
Fad Juventud ha lanzado una campaña de sensibilización social de alto impacto -gracias al apoyo del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030- dirigida específicamente a chicos entre 15 y 29 años. Es una campaña que se espera que llegue a más de un millón de adolescentes y jóvenes.
Con el slogan “Seamos más hombres. Seamos más, hombres” la campaña invita a los adolescentes y jóvenes a que se sumen a un movimiento de promoción de la masculinidad igualitaria que entiende que la igualdad no es una reivindicación solamente femenina sino que no puede llevarse a cabo sin la participación masculina.
El objetivo es sensibilizarles sobre la igualdad de género como valor positivo para toda la sociedad y sobre la masculinidad igualitaria, que no supone una amenaza a la masculinidad en sí sino que cuestiona algunos principios de la masculinidad hegemónica tradicional más anclados en el machismo.