Autor: Pilar Nicolás Rodríguez
22 abril, 2025

En un momento crucial para la juventud española, donde las tasas de desempleo juvenil siguen siendo alarmantemente elevadas y los retos de acceso al mercado laboral se multiplican, Fad Juventud junto con Servimedia han querido abrir un espacio para el diálogo, la reflexión y la acción. Con ese objetivo nació la mesa redonda “Las claves de la empleabilidad juvenil”. Este encuentro reunió a tres expertas cuyas trayectorias y conocimientos convergen en un punto esencial: construir un puente realista, sostenible y justo entre las nuevas generaciones y el mundo laboral.

En el debate, moderado desde un enfoque abierto y divulgativo, participaron Beatriz Martín Padura, directora general de Fad Juventud, María Ortiz, líder de adquisición de talento en Randstad, y Gema Rubio, técnica de empleabilidad de la misma fundación. Desde sus experiencias en el ámbito de la investigación, la empresa y la intervención social, ofrecieron una panorámica rica, diversa y profundamente humana sobre los obstáculos que enfrenta la juventud y las posibles soluciones que la sociedad debe activar cuanto antes.

Entre talento y barreras: radiografía del desempleo juvenil

El punto de partida fue unánime: el acceso al primer empleo es hoy una carrera de fondo llena de obstáculos. Gema Rubio lo explicó con claridad: “Tenemos jóvenes muy formados, a veces hipercualificados e hipercualificadas, pero con grandes dificultades para acceder a una primera oportunidad laboral”. Esta carencia de experiencia laboral previa genera un círculo vicioso que ralentiza e incluso paraliza la inserción, ya que, si no se les brinda la ocasión de demostrar su valía, nunca podrán acumular la experiencia que se les exige.

Esta afirmación no se sostiene únicamente en la observación directa, sino en los datos. Como detalló Beatriz Martín Padura, el desempleo juvenil en España no solo duplica el europeo, sino que además se acompaña de condiciones laborales marcadamente precarias: “Hay casi un 50 % de temporalidad o parcialidad no deseada, y la mediana salarial de los y las jóvenes es 2.000 euros inferior a la europea”. Estas cifras ilustran una realidad en la que el empleo no siempre cumple su función de trampolín hacia la autonomía, la estabilidad o el desarrollo personal.

La grieta entre la formación que recibe la juventud y las competencias que demanda el mercado también fue señalada por María Ortiz: “Hay demasiada teoría en los itinerarios formativos y falta un enfoque práctico. Es imprescindible trabajar las habilidades blandas como la comunicación, el trabajo en equipo o la creatividad”. Una carencia que, a juicio de todas las ponentes, es urgente abordar desde los primeros pasos del sistema educativo.

Soft skills, programas de inserción y cultura empresarial: un triángulo necesario

En este contexto, la adquisición y valorización de las competencias transversales (las llamadas soft skills) emerge como una palanca clave de empleabilidad. Tanto Gema Rubio como María Ortiz insistieron en que estas habilidades no se enseñan únicamente en las aulas, sino que se cultivan en contacto con entornos reales de trabajo. “Las soft skills se aprenden haciendo, en contacto con las empresas”, subrayó Rubio.

Esto exige, por tanto, una corresponsabilidad por parte del tejido empresarial. Según Ortiz, “las empresas deben generar cantera. Adaptar a la persona joven desde sus primeros pasos puede ser una gran ventaja competitiva”. Martín Padura coincidió: “Cuando el primer empleo lo ofrece una organización, el compromiso del joven con esa empresa suele ser mayor”. No se trata solo de formar, sino también de confiar y apostar por el talento emergente.

Este vínculo se puede fortalecer, según Beatriz, a través de programas de acogida y de acompañamiento adecuados: “Hay que asumir que los y las jóvenes no tienen que venir aprendidos. El ‘growth mindset’ debe incorporarse como parte de la cultura organizacional”.

Formación Profesional: oportunidades reales, percepción aún mejorable

Una de las herramientas que mejor está demostrando su capacidad de inserción es la Formación Profesional. En este sentido, el estudio de Fad Juventud, desarrollado en colaboración con Gestamp, arroja datos esperanzadores: más de un millón de jóvenes eligen ya este itinerario, y “un 60 % encuentra empleo en los primeros seis meses tras finalizar sus estudios”, tal y como destacó Beatriz Martín Padura.

Sin embargo, persisten importantes desafíos. La orientación vocacional sigue siendo deficiente, especialmente en etapas tempranas y, de forma aún más preocupante, entre las chicas. “Casi el doble de mujeres que hombres afirman no haber recibido información sobre la FP en sus años escolares”, explicó Martín Padura, visibilizando una desigualdad que se arrastra desde la infancia.
Rubio completó el análisis señalando la necesidad de integrar el asesoramiento académico desde edades tempranas: “No podemos esperar al final de la ESO. Hay que inspirar desde la infancia y mostrar todas las opciones, sin estigmas”. Hacerlo, además, de forma atractiva, con la participación de empresas, puede resultar decisivo.

Igualdad, digitalización y jóvenes vulnerables: una triple urgencia

En el transcurso de la mesa redonda, la dimensión social de la empleabilidad emergió como un eje transversal. La brecha de género en sectores estratégicos como el tecnológico fue ampliamente abordada por Gema Rubio, quien denunció que “las profesiones con mayores salarios y mejores oportunidades siguen estando altamente masculinizadas”. Esta desigualdad no se debe a falta de talento, sino a estereotipos persistentes que desalientan a las mujeres desde niñas. “Necesitamos referentes femeninos que inspiren e impulsen el acceso a las profesiones STEM”, afirmó.

En esta línea, Beatriz Martín Padura quiso matizar que las percepciones no siempre se alinean con los datos: “Nuestro barómetro de género no es tan optimista. Los datos todavía mantienen que las mujeres siguen llevando el peso fundamental de los cuidados”. Esta carga invisible sigue siendo uno de los principales obstáculos para una participación laboral en igualdad de condiciones y afecta de forma directa a la capacidad de las mujeres jóvenes para acceder a empleos estables y desarrollarse profesionalmente.

Pero la desigualdad no se manifiesta solo en términos de género. Martín Padura recordó que las personas jóvenes en situación de vulnerabilidad o discapacidad también enfrentan enormes barreras estructurales. “Es fundamental trabajar para que comiencen desde el mismo punto. Si no, las brechas se agrandan cada vez más”, alertó.

Ante esta realidad, Fad Juventud impulsa Goe Tech Academy, un programa de empleabilidad estatal, en colaboración con Inditex, que prioriza a mujeres y jóvenes vulnerables, y se enfoca en sectores con gran potencial de inserción: el digital, el verde y el audiovisual. “En 2024 ya hemos alcanzado 700 jóvenes en esta edición, con un modelo basado en formación técnica certificada, soft skills y acompañamiento personalizado”, explicó Rubio. Además, el programa ofrece inglés técnico y sesiones virtuales con tutores expertos. Gracias a su alcance nacional y modalidad online, está permitiendo que jóvenes de todos los rincones de España accedan a oportunidades reales.

Nuevas generaciones, nuevas prioridades: conciliación, IA e internacionalización

El cierre de la mesa redonda no eludió temas de fondo que reflejan una transformación profunda en la cultura laboral juvenil. Uno de ellos es la conciliación. “Nos sorprende que la juventud reclame tiempo para sí misma, pero ¿no es eso lo que siempre hemos defendido?”, cuestionó Beatriz Martín Padura con lucidez.

También se abordó la necesidad de fomentar el dominio del inglés y la internacionalización a través de becas y programas como Erasmus+. “Las estancias en el extranjero deben ser accesibles para todos, no solo para quienes pueden permitírselo”, defendió María Ortiz.

En cuanto a la inteligencia artificial, el consenso fue claro: no es una amenaza, sino una herramienta que bien utilizada puede facilitar el trabajo. “Nos ayuda a automatizar tareas administrativas. Lo importante es saber usarla”, apuntó Ortiz. Fad Juventud ya trabaja en un programa de formación para docentes que les permita enseñar a sus alumnos un uso crítico y responsable de la IA.

Corresponsabilidad, compromiso y mirada larga

El empleo juvenil no puede seguir siendo un tema relegado a estadísticas frías. Como demostraron las voces reunidas en esta mesa redonda, es un asunto profundamente humano, estructural y urgente. La apuesta por los y las jóvenes debe articularse desde todos los frentes: educativo, institucional, empresarial y social. Fad Juventud lo está haciendo con programas transformadores, estudios que orientan la acción y una mirada amplia que entiende el empleo no como un fin, sino como una herramienta para la emancipación, la ciudadanía y la justicia social.

“Buscar empleo ya es, en sí mismo, un trabajo. Pero necesitamos acompañar a las personas jóvenes en ese camino, con apoyo, formación y oportunidades reales”, concluyó Beatriz Martín Padura. Una reflexión que resume con claridad el espíritu que guía el trabajo de Fad Juventud y que, sin duda, interpela a toda la sociedad.