*Azucena Retamero
Desde que tengo nueve años, mi operación bikini dura 365 días. Siempre fui algo gordita, no lo digo porque yo misma me percibiera así, sino por los mensajes que recibía desde el exterior. Y me escondía por ello. Las chuches ocultas en los bolsillos, las anulaciones a las comidas de celebración con mis amigas o tirar comida a escondidas hicieron que mi vida se convirtiera poco a poco en una sarta de mentiras una detrás de otra para poder sobrevivir en un mundo cada vez más asfixiante: el de contar las calorías constantemente.
Ahora tengo 17 años, estoy en tratamiento y a pesar de que se trata de un proceso largo he mejorado mucho. He comenzado a comprender y a aceptar que mi dolor emocional nunca podrá llenarse por muy delgada que esté y que mi manera particular de declarar el vacío amigo de mi estómago, nunca calmará ¡El hambre de mi alma! A todos aquellos que no entienden de qué hablo, qué me pasa y por qué no como… les diré, que en realidad: tan solo quiero ser suficiente. Suficiente para ser aceptada, escuchada… amada.
*Caso ficticio basado en consultas reales recibidas en el SIOF Joven
Los trastornos la conducta alimentaria (TCA) son alteraciones graves y complejas de origen multifactorial, asociados a angustia emocional, a no verse nunca bien físicamente y a no sentirse adaptada/o socialmente. Se caracterizan por síntomas como la preocupación excesiva por la imagen corporal y/o la alimentación, además de por un uso desadaptativo de las emociones en situaciones estresantes y cambiantes de la vida que se acaban canalizando por medio de la comida o el cuerpo (comer para sentirse bien y luego mal y luego bien y así constantemente…), así como la incapacidad para identificar las propias emociones. También están caracterizados por una autoestima baja.
Los trastornos más comunes son la anorexia nerviosa (AN), que se caracteriza por necesitar estar siempre más delgada/o que los estándares normales, y la bulimia nerviosa (BN), que se caracteriza por episodios recurrentes de voracidad seguidos por conductas compensatorias.
¿Qué puedo hacer si me siento así?
El tratamiento de un trastorno de la alimentación comprende una combinación de terapia psicológica y educación sobre alimentación bajo supervisión médica. Llevar a cabo un tratamiento puede ayudar, primero, a controlar los síntomas para, progresivamente, volver a un peso saludable y mantener la salud mental.
La terapia puede favorecer a normalizar los patrones de alimentación llegando a alcanzar un peso saludable, reemplazado hábitos poco saludables por unos saludables. Además, a aprender no solo a controlar lo que se come sino también los estados de ánimo. De la misma manera a resolver conflictos, afrontar situaciones cambiantes y estresantes, mejorando así las relaciones y el estado de ánimo.
Lo ideal es que el tratamiento psicológico vaya acompañado por una educación nutricional adecuada, donde un dietista especializado pueda ayudar a comprender mejor el trastorno, y así elaborar un plan para adquirir y mantener hábitos saludables.
¿Qué podemos hacer si tenemos a alguien cercano que se siente así?
Los apoyos de amigos y familiares son muy importantes. Hay que tener en cuenta que se trata de un desafío a largo plazo y su apoyo puede ser importante para la recuperación. Acompañar los procesos, respetar los tiempos, asumir las causas, sostener las dificultades ayudará en la recuperación, siempre y cuando la persona que padezca el problema así lo quiera.
Como sociedad también tenemos oportunidades para contribuir a la superación del problema, manteniendo una posición crítica frente a las “operaciones bikini”, el bombardeo de información sobre dietas, la perpetuación de cánones estéticos… Está demostrado que una de las causas de esta problemática es el aumento de la presión por los estándares de belleza actuales. Sumémonos al cambio exigiendo cambios en la publicidad, en las series, en las representaciones de chicos y chicas en las redes sociales.
Que el éxito no venga de la mano del estar delgada/o. Que nuestras y nuestros referentes sean saludables. Que hablar del cuerpo de las y los demás pase de moda. Que no sean necesarios los espejos que nos devuelvan reflejos únicos y parecidos, sino que se respete la diversidad de formas, de curvas, de alturas, de pesos y de cualquier rasgo que nos haga diferentes.
Si crees que puedes estar padeciendo un TCA o que alguien de tu entorno puede estar sufriendo por ello, no dudes en contactar con el Servicio de Información y Orientación Joven de Fad (900 161515, teléfono anónimo y gratuito, o WhatsApp 623 22 05 70). Un equipo de expertas te ofrecerá orientación, información y apoyo emocional de 9 a 21h de lunes a viernes. Este servicio es proporcionado por la Fundación Fad Juventud con el apoyo de la Fundación Konecta.
¡Recuerda que #FadTeEscucha y estamos aquí para ayudarte!
*Azucena Retamero es psicóloga y experta en inteligencia emocional y habilidades sociales. Actualmente coordina el Servicio de Información y Orientación de la Fundación Fad Juventud (SIOF) y anteriormente ha ejercido en diferentes organizaciones en España y en Colombia. También es madre de una adolescente con la que aprende cada día y de un niño al que es imposible ganar al cuatro en raya, viajera por vocación y amante de la pintura (un secreto: se quedaría a vivir en el Museo del Prado…).
BIBLIOGRAFÍA:
De Alda, I. O., Bleye, L., & Carmona, R. Trastornos de conducta alimentaria (TCA) en las redes sociales: Perfil de uso y posibles peligros.
San Esteban, P., Navarra, A. B., & de Navarra, C. O. D. M. (2020). CONGRESO. ENE, (1).