Llevo tiempo jugando a videojuegos, y, la verdad, pienso que es algo genial. Me divierten, conozco a gente nueva, me ayudan a olvidarme del día a día y a desconectar de cosas que muchas veces me aburren tela…
Pero el otro día, tumbada en mi cama, me puse a pensar en qué tendrán los videojuegos que te hacen querer jugar más y más… Porque yo no sé si os pasará a vosotras y vosotros, pero yo, cuando empiezo, no puedo parar… Es como si el tiempo volase y me faltasen horas para jugar.
Estuve cotilleando un poco por Internet porque a mí se me ocurrían pocas cosas, la verdad, y llegué a la página del SIOF Joven. Algo que me contaron me dejó… ¿sorprendida? (No sé si esa sería la palabra).
No sabía que detrás de los videojuegos había personas pensando en cómo “engancharnos”…
Os voy a contar algunas de las estrategias que se utilizan y que más me llamaron la atención y que es cierto que en algunos juegos que yo tengo después las pude comprobar (os animo a que lo penséis vosotras y vosotros también y lo verifiquéis en vuestros juegos):
- Estrategias temporales: son las que hacen que sea obligatorio jugar en unos horarios que pone el juego y no tú que eres quien juega. Te ofrecen recompensas diarias (que te animan a meterte todos los días), tareas para cada día necesarias para avanzar en el juego…
- Estrategias psicológicas: son las que hacen que, para mejorar tu situación en el juego, tengas que invertir dinero o más tiempo jugando (por lo que es difícil dejar de jugar). Te ofrecen recompensas que no esperas (lo que te refuerza mucho a seguir jugando) y te provocan “ilusión de control” (te hacen creer que tienes la mejor puntuación del ranking, cuando en realidad no estás viendo toda la información). También te hacen preguntas que ponen en juego tus emociones o tus deseos…
- Estrategias monetarias: son las que te incitan a pagar para avanzar, sea a través de monedas Premium (el tipo de cambio entre dinero real y moneda del juego oculta el precio real de los objetos), de Pay to win (pagar dinero real para ganar) o de ofertas por tiempo limitado con una urgencia innecesaria. También incluyen las estrategias de jugar a juegos de azar con dinero real para conseguir alguna recompensa en el juego y los muros de pago (el juego se hace imposible y no se puede seguir si no se paga) …
- Estrategias sociales: son las que consiguen que te den bonificaciones por invitar a amistades (y a ellas les pasará lo mismo), lo que genera una obligación social (para “no fallar” al grupo juegas en algunos momentos en los que incluso no te apetece, sobre todo en juegos en línea), y también una sensación de deuda (de devolver algo o de compartir una recompensa con quienes lo han hecho contigo), aunque también fomentan el “comportamiento antisocial” (hay juegos que incentivan a mentir, a engañar para avanzar por el miedo a quedarse atrás). Y por todo eso juegas más y más…
Todo esto no significa que los videojuegos sean malos, para nada, pero esta información nos tiene que ayudar a ser críticas y críticos y a pensar que están para pasar un buen rato, siendo conscientes de que no pueden ocupar un espacio en nuestras vidas que no les corresponde.
Espero que esta información os haga pensar como a mí, y que sigáis disfrutando de vuestros videojuegos pero… ¡Con cabeza!
*Firmado: NPA