• “Jóvenes y valores sociales” presenta una visión completa de los valores de los jóvenes españoles y su evolución en la última década.
• El estudio analiza, entre otras cosas, el grado de confianza de los jóvenes en las instituciones (partidos políticos, fuerzas armadas, medios de comunicación, sindicatos, etc), su interés por lo público, sus prioridades vitales o su posicionamiento moral con respecto a diferentes comportamientos (aborto, suicidio, vandalismo, pena de muerte, etc).
• La investigación “Jóvenes y valores sociales” ha sido elaborada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, un centro privado e independiente creado por la FAD gracias al apoyo de Banco Santander y Telefónica.
(Madrid, 2 de septiembre de 2014).- Los jóvenes españoles de 14 a 25 años son cada vez más conservadores –reivindican valores y virtudes tradicionales como el esfuerzo, el ahorro, la honestidad o la prudencia, por ejemplo- y cada vez se muestran más implicados o dispuestos a implicarse en lo colectivo. Tanto desde el cuestionamiento radical del estado de las cosas –reclamando un cambio de modelo social, político y económico- como desde parámetros más ortodoxos, sin llegar a cuestionar el orden establecido, aunque sí reclamando su perfeccionamiento.
En definitiva, en los últimos años, quizá a causa de la crisis, los jóvenes españoles se han hecho más ortodoxos, más formalmente correctos, más proactivos frente a lo comunitario, más implicados en lo común, y mucho más preocupados por el orden y la seguridad.
Por el contrario, los valores asociados al presentismo o el hedonismo –apurar el momento, primar el ocio, etc- y usados como seña de identidad del estereotipo del joven pasota, del joven ni-ni, parecen haber perdido importancia para los jóvenes españoles.
Éstas son algunas de las principales conclusiones de la investigación “Jóvenes y valores sociales” -realizada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, un centro privado e independiente creado por la FAD gracias al apoyo de Banco Santander y Telefónica- que ha sido presentada esta mañana en Madrid por Ignacio Calderón y Eusebio Megías, director general y director técnico respectivamente del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la FAD, y por el catedrático emérito de Sociología de la Universidad de Deusto, Javier Elzo, codirector del estudio.
La investigación analiza, a través de 1.000 entrevistas a jóvenes de 15 a 24 años, cuáles son las prioridades vitales de éstos, sus posturas morales, cómo se perciben, qué les preocupa de sí mismos y de la realidad social, o cuáles son sus principios éticos o sus propuestas de convivencia. El estudio también presenta una tipología de los jóvenes españoles, según sus valores y actitudes.
LOS VALORES FINALISTAS
Los valores finalistas son aquéllos que configuran el marco de referencia para la conducta personal. Según la investigación, lo que más importa a los jóvenes tiene que ver con su ámbito personal.
Tener personas en quien confiar, tener unas buenas relaciones familiares, ganar dinero o tener éxito en el trabajo es considerado muy importante para más del 90% de los jóvenes españoles de 15 a 24 años. Sin embargo los valores que más incrementaron su importancia en estos años fueron los más ideológicos y los referidos a la sociedad en su conjunto. Han perdido importancia las prioridades que el tópico ha venido atribuyendo a los jóvenes.
Es muy significativo que, de toda la batería propuesta, sólo el interés por la política y la religión no alcanzan el nivel medio de importancia en la escala (4.93 y 4.20, cuando la media de la escala es 5.5). Pese a todo, son propuestas claramente más valorados que hace ocho años: el interés por la política se incrementa en 0.56 puntos, y el interés por la religión lo hace 0.50 puntos.
En el señalamiento de la importancia de la política y en la preocupación por los temas religiosos encontramos la mayor polarización de los jóvenes españoles:
LOS VALORES MORALES
Los valores morales están implícitos en la admisibilidad de comportamientos. En este ámbito, según los datos del estudio, los jóvenes españoles mantienen en esencia sus posturas ya conocidas: una mayor tolerancia hacia comportamientos que se ven como pertenecientes al ámbito privado (derecho de los homosexuales a adoptar hijos, aborto, eutanasia, “pirateo” de discos) y mucho menor frente a los que se refieren al ámbito público (romper señales de tráfico, conducir bajo los efectos del alcohol, etc).
Lógicamente se da una gran dispersión de posturas, traduciendo desacuerdos entre los jóvenes, con gran influencia de la ética personal y la ideología personales.