Estar dentro, fuera o en el borde de “la caja de la masculinidad” supone estar más (dentro) o menos (fuera) alineado con la masculinidad más tradicional y hegemónica, aquella que establece unos parámetros estrictos sobre lo que significa “ser hombre”.
La que dicta que no se debe llorar en público (lo piensa el 13,5% de los y las jóvenes); que un hombre de verdad no puede ser afeminado (16,3%); jugar con muñecas (15,8%) o tener amigos homosexuales (11,3%); que establece que el hombre debe tener la última palabra sobre decisiones en su relación o matrimonio (11,7%) o que justifica que los hombres usen la violencia para obtener respeto si es necesario (12,7%) o recurran a la prostitución para tener sexo (18,6%).
Son datos de la investigación “La Caja de la Masculinidad. Construcción, actitudes e impacto en la juventud española” que nos indican que solo están claramente dentro de esta metafórica caja de masculinidad tradicional 1 de cada 10 jóvenes españoles de 15 a 29 años, pero en el borde hay un 32,2% más conscientes de que los mandatos de la masculinidad hegemónica tradicional no se ajustan a su realidad pero sin una respuesta clara ante este resquebrajamiento.
Fuera de la caja, viviendo la masculinidad con ideas y actitudes que cuestionan el modelo hegemónico tradicional encontramos a la mayoría de los y las jóvenes de 15 a 29 años: casi el 58%.
La investigación “La Caja de la Masculinidad. Construcción, actitudes e impacto en la juventud española” ha sido realizada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fundación Fad Juventud, consultando a 1.700 jóvenes de 15 a 29 años residentes en España y gracias al apoyo del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, dentro de la convocatoria de ayudas para la realización de actividades de interés general consideradas de interés social, correspondientes a la Secretaría de Estado de Derechos Sociales en su convocatoria de 2021.
Su objetivo ha sido analizar qué porcentaje de jóvenes están dentro de “la caja de la masculinidad” -un constructo teórico que sirve para explicar el grado de cercanía que tienen las personas jóvenes en relación a la visión más tradicional y conservadora de la masculinidad- y cómo estar dentro, fuera o al borde de esta caja afecta a la vida de los hombres jóvenes.
Según esta construcción, sólo 1 de cada 10 personas jóvenes se sitúa dentro de la caja de la masculinidad, frente al 57,8% que se posiciona fuera. Si desagregamos por género, un 74,9% de mujeres jóvenes se sitúan fuera de la caja frente al 41,3% de hombres. A su vez, el porcentaje de hombres dentro de la caja es más del doble que el de las mujeres (14% en hombres y 5,8% en mujeres).
Quienes están al borde de la caja conforman un 32,2% del total de la juventud española y se definen por ser conscientes de que los mandatos de género de la masculinidad hegemónica tradicional no se ajustan a la realidad de la sociedad contemporánea y generan conflictos, pero todavía no se han posicionado con claridad a favor o en contra de los mismos. Entre los hombres esta es la posición mayoritaria (44,7%).
Las formas diferenciales de ver la masculinidad se erigen como factores clave en cuanto a la forma de vivir: desde el grado de felicidad hasta las presiones sociales se experimentan con mayor o menor intensidad en función de la identificación con la masculinidad hegemónica tradicional.
Por ejemplo, aunque en general los hombres jóvenes gozan de mejores indicadores de salud mental, en comparación con las mujeres jóvenes (7 de cada 10 chicas declaran haber padecido problemas psicológicos o psiquiátricos en el último año, frente a 5 de cada 10 chicos), los hombres que están dentro de la caja declaran malestares con mayor frecuencia (63,8% frente al 46,5% de quienes se encuentran fuera de la misma).
Lo mismo se observa con la presión social: en general, ellas sienten una presión mucho más marcada (en una escala del 1 al 10, puntúan por encima del 5) por tener éxito en el trabajo o en los estudios, mostrar fortaleza aunque estén nerviosas o asustadas, ocultar la tristeza o la ansiedad o ser físicamente atractivas, mientras que ellos sienten mayor presión a tener la iniciativa a la hora de ligar, consumir alcohol u otras drogas en contextos de ocio, usar la violencia para defender la reputación o ideas o para relacionarse sólo con personas heterosexuales, aunque se trata de presiones percibidas como más débiles que las que perciben ellas (en una escala del 1 al 10, puntúan por debajo del 4). En estas últimas cuestiones, los chicos dentro de la caja de la masculinidad hegemónica tradicional suben la media y se sienten más presionados que sus homólogos al borde o fuera de la caja.
Poniendo el foco sobre la violencia ejercida en los últimos seis meses, los hombres jóvenes declaran ejercen más violencia (en todas sus formas) que las mujeres: un 53,2% de hombres (41,9% de mujeres) se burló de otras personas; un 30,1% (18% de mujeres) insultó, amenazó o publicó fotos para avergonzar y un 37,5% (frente al 20,7% de mujeres) ejerció violencia física en los últimos meses.
Hay una mayor tendencia a ejercer violencia entre los hombres jóvenes dentro de la caja. Por ejemplo, solamente un 21,1% no ha ejercido violencia física en los últimos meses, mientras que este porcentaje asciende al 82,6% en los hombres fuera de la caja.
La violencia sufrida resulta más habitual entre los hombres jóvenes que entre las mujeres, y estar dentro de la caja de la masculinidad acentúa este padecimiento todavía más entre ellos. Si bien más de la mitad de las y los jóvenes no declaran haber sufrido violencia física ni insultos o amenazas en los últimos seis meses, en el caso de los hombres jóvenes este porcentaje desciende al 17%. Es decir, dentro de la caja hay más tendencia tanto a ejercer como a sufrir burla, acoso o violencia.
Según “La caja de la masculinidad. Construcción, actitudes e impacto en la juventud española”, de forma global, la juventud percibe con mayor gravedad que en años anteriores la violencia de género, habiendo un 74’2% de jóvenes que la consideran un problema social muy grave, frente al 62,3% de 2021. Al desagregar los datos por género, las mujeres lo creen en mayor medida (14 puntos porcentuales más que ellos) y, si profundizamos en la visión de los hombres jóvenes, según la variable de la caja de la masculinidad, un 83% de hombres fuera de la caja cree en la gravedad social del problema, frente a menos de la mitad de dentro de la caja (43%).
Estar dentro de la caja marca claramente la postura de los hombres en apoyo al negacionismo de la violencia de género (un 34,7% cree que es un invento ideológico, un 40,7% que si es de poca intensidad la violencia no es un problema para la pareja y un 42% sostiene que solo ciertos perfiles de mujeres pueden llegar a ser víctimas de esta violencia.
Si centramos la mirada en cómo se ve a los hombres, preguntándoles a ellos por los rasgos que los definen, encontramos que ellos se ven “trabajadores” (50,6%), “responsables” (44,2%), “sensibles, tiernos” (36,2%), “empáticos” (35%) e “independientes” (34,7%), mientras que creen que la sociedad les ve como “agresivos” (41,3%), “trabajadores” (37,5%), “líderes, resolutivos” (35%) e “inmaduros” (31,9%).
Cuando les preguntamos si creen ajustarse a lo que la sociedad espera de ellos como hombres, el porcentaje global de chicos jóvenes que se consideran muy ajustados a esta construcción es del 31,4% mientras que el de los que se ajustan muy poco es del 26,2%. Los que están al borde de la caja son quienes se sienten más próximos a lo que la sociedad espera de ellos (un 37,8% de ellos lo declaran), seguidos por quienes están dentro de la caja (35’4%) y en mucha menor medida quienes están fuera (23,1%).
Ante esta realidad, la Fundación FAD Juventud ha puesto en marcha recientemente una campaña digital dirigida a adolescentes y jóvenes entre 15 y 29 años cuyo objetivo es prevenir la violencia de género tratando de hacerles conscientes de que la violencia de género es una realidad presente en nuestros días, una problemática grave que afecta a muchas adolescentes y jóvenes y ante la que no cabe la indiferencia. Y que, por supuesto, es un problema que está por encima de ideologías u opiniones.
Diseñada por la consultora creativa PINK y el apoyo del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, la campaña muestra situaciones que muchos jóvenes no acaban de identificar como violencia de género: controlar el móvil, con quién se relaciona o humillar verbalmente, entre otras muchas.
A través de las diferentes piezas creativas de la campaña y, sobre todo, de la página web se quieren visibilizar las distintas formas de violencia de género que existen para que puedan identificarlas de forma clara; promover el rechazo ante cualquier manifestación de violencia de género en su entorno; facilitar el acceso de los y las jóvenes a información veraz y recursos útiles contra la violencia de género en los entornos digitales; y detectar y combatir la desinformación relacionada con el negacionismo de la violencia de género, difundiendo desmentidos de bulos en los canales que más usa la población adolescente.
Porque en la socialización diferencial de género juegan un papel decisivo familias, educadores y educadoras, la Fundación Fad Juventud ha puesto en marcha el portal interactivo IgualFAD. Se trata de un espacio digital de aprendizaje que ofrece a profesorado de entornos formales y no formales, a padres y madres una suma de recursos atractivos para la reflexión y para el fomento de una educación en igualdad: https://www.campusfad.org/igualfad/
A través de vídeos y guías coeducativas, se construye una plataforma que pretende ser amena y cercana, donde el usuario/la usuaria puede sumergirse en diferentes contenidos didácticos y atractivos sobre la igualdad de género para educar a VIVIR EN IGUALDAD.
En la página se incluyen además juegos atractivos online sobre la igualdad de género con diversos formatos: