- El “manifiesto Gafas Violetas” liderado por Fad Juventud y al que se pueden adherir personas físicas e instituciones, reivindica la necesidad inaplazable de integrar el género en todas las fases de los programas de prevención, desde la formación de profesionales hasta la obtención de indicadores de éxito de los programas.
- Comprender los factores de riesgo asociados a mujeres y hombres, conocer las necesidades específicas de cada género y asegurar el mismo acceso a los recursos son requisitos básicos para implementar este enfoque.
- Las jornadas “Gafas violetas” han sido organizadas por Fad Juventud, con la financiación de la Junta de Andalucía y en colaboración con la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla (UPO). En las jornadas se han desgranado también las consecuencias de no incluir el enfoque de género en prevención y se han repasado otros ámbitos donde esta perspectiva ya se ha implementado con buenas prácticas.
“Manifestamos la preocupación ante el modelo androcéntrico que ha predominado tradicionalmente en la prevención de adicciones”, se ha podido escuchar en la lectura del “Manifiesto Gafas Violetas” presentado hoy en Sevilla, en el transcurso de unas jornadas sobre la introducción de la perspectiva de género en este ámbito.
“La superación del modelo androcéntrico, que ha predominado tradicionalmente en prevención, no sólo invisibiliza a las mujeres, sino que ignora sus necesidades específicas”, continúa la propuesta. “No solo hay que idear acciones específicas para mujeres, sino contar con sus experiencias y testimonios de vida”, advierte Fad Juventud como promotora del Manifiesto.
“Para ello debemos observar la realidad, entendiendo a las mujeres y a los hombres como seres diferenciados socioculturalmente y protagonistas de relaciones de valor y de poder desigual.”
Este Manifiesto, desarrollado por Fad Juventud y puesto a disposición de instituciones privadas y públicas que quieran adherirse a él, pone de relieve hasta qué punto la perspectiva de género es fundamental para desarrollar programas de prevención con mujeres, pero también con hombres, y de qué manera conviene tener presente la identidad de género para educar, apoyar, acompañar y enfocar cuestiones pedagógicas y reflexiones críticas, intervenciones y actividades.
Paulino Montiel, director del Servicio de Evaluación y Control de Programas de la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía ha señalado que “el Plan Andaluz sobre Drogas y Adicciones contempla como primera línea de intervención la integración de la perspectiva de género en sus acciones para abordar, como fin último, la igualdad entre hombres y mujeres”.
Por su parte, la directora técnica de Fad Juventud, Eulalia Alemany, ha indicado que “en los temas de salud, en concreto en la prevención, es inaplazable contemplar la perspectiva de género ya que nos asegura una mejor calidad de vida, un adecuado bienestar presente y futuro de las personas”.
Tal y como se ha manifestado en el marco de las Jornadas, no aplicar la perspectiva de género a las adicciones supone importantes riesgos como:
- Invisibilizar los consumos de las mujeres, tanto del tipo de consumo (por ejemplo, mayor consumo de hipnosedantes con y sin receta y de otras drogas legales) o el modo en que consumen (mayores consumos en soledad, lo que dificulta su accesibilidad a recursos asistenciales).
- Mantenimiento de estigmas hacia las mujeres consumidoras directamente relacionados con el género y la sexualidad: “Mala madre”, “viciosa”, “fracasada”, etc. lo cual tiene un fuerte impacto en la salud individual y colectiva.
- Mayor rechazo y abandono de las mujeres con problemas de adicciones: llegan en más proporción solas a los servicios de tratamiento.
- También recurren más tarde y más deterioradas a los recursos. Las barreras de acceso y permanencia en los mismos están relacionadas con las penalizaciones de género y las lógicas androcéntricas de los servicios.
- Alto porcentaje de mujeres que consumen como consecuencia de las violencias machistas (en el ámbito de la pareja heterosexual pero también otras, incluyendo violencias institucionales).
ENFOQUE DE GÉNERO EN SALUD, JUVENTUD Y UNIVERSIDAD
La conferencia inaugural ha sido pronunciada por Ana Isabel Estévez Gutiérrez, doctora en Psicología, y ha abordado en profundidad el enfoque “gafas violetas” para la prevención. “Es recomendable desde propiciar entornos de tratamiento sensibles al género hasta incluir las preocupaciones específicas de todas las mujeres que participan en los procesos, sean cuidadoras o acompañantes o personas tratadas y/o formadas”, ha resaltado Estévez Gutiérrez. “La perspectiva de género es también una perspectiva de empoderamiento de la mitad de la población”, ha invitado a no olvidar.
Las jornadas también han reunido a especialistas en enfoque de género de tres ámbitos diferenciados: el de la promoción de hábitos de vida saludables, representado por el Observatorio Noctámbul@s; el de los estudios de juventud, personificado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad Juventud y el de la convivencia universitaria, ejemplificada por la Oficina para la Igualdad de la UPO.
Estas instituciones ya apuestan por la perspectiva de género como parte integral de su trabajo diario y han puesto a disposición de las y los asistentes, en su mayoría profesionales del ámbito socio-sanitaria y estudiantado, pautas y mecanismos de investigación y acción aplicada, como el trabajo con nuevas masculinidades, la construcción de indicadores con clave de género y la apuesta por el lenguaje inclusivo y la interseccionalidad.
FUNDACIÓN FAD JUVENTUD
Fad Juventud, antes Fundación de Ayuda contra la Drogadicción, es ahora Fad Juventud. Tras más de tres décadas de vida, Fad Juventud ha decidido adecuar su denominación social al propósito actualizado de la entidad: mejorar el bienestar y la calidad de vida de la juventud como protagonista del presente y artífice del futuro.
Fad Juventud nació en los años 80 para ayudar a los y las jóvenes a decir NO a las drogas. A lo largo de las dos siguientes décadas se comenzó a trabajar en prevención y sensibilización de otros riesgos psicosociales como la violencia juvenil (entre iguales, de género, a través de la red, etc), las desigualdades de género, las apuestas online por parte de menores, el uso abusivo de tecnologías, la desinformación o discurso del odio, entre otros.
Hoy en día, Fad Juventud trabaja con y por la juventud para que, no sólo eviten los riesgos, sino que aprovechen todas sus capacidades y oportunidades.
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