(Madrid, 29 de septiembre de 2021).- En los últimos cuatro años se han producido grandes avances respecto a las visiones tradicionales de género y la lucha por la igualdad entre la juventud española, aunque son cambios que se han producido de manera desigual entre las chicas y los chicos. De hecho, desde 2017 hasta 2021, el porcentaje de mujeres que se consideran feministas ha pasado del 46,1% al 67,1% y el porcentaje de hombres ha pasado del 23,6% al 32,8%. Sin embargo, aún siguen existiendo muchos retos al respecto ya que el porcentaje de hombres feministas se viene reduciendo desde 2019.
Otro reto es la diferente percepción de la violencia de género que tienen ellos y ellas. Mientras que cada vez son más las chicas que consideran que la violencia de género es un problema social muy grave – 72,4% en el año 2017, 74,2% en 2021-, cada vez son menos los chicos que están de acuerdo con esta afirmación. Si en 2017 lo creían el 54,2%, en el año 2021 apenas se supera el 50%.
Especialmente preocupante es el creciente porcentaje de chicos jóvenes que niegan la existencia de la violencia de género. En cuatro años, desde 2017 a 2021, el porcentaje se ha duplicado y se sitúa en el 20%. Es decir, uno de cada cinco adolescentes y jóvenes varones de 15 a 29 años cree que la violencia de género no existe y que es solo un “invento ideológico”.
También aumenta la opinión de que la violencia es inevitable, que es habitual y que, si es de poca intensidad, no supone un problema.
Otra diferencia significativa entre chicos y chicas la encontramos en cómo perciben la desigualdad: más de 7 de cada 10 mujeres jóvenes (15 a 29 años) participantes en el estudio considera que las desigualdades de género son elevadas en España, frente a solo 4 de cada 10 hombres.
Estos son algunos de los principales resultados del “Barómetro Juventud y Género”. Identidades, representaciones y experiencias en una realidad social compleja”, una investigación del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de Fad, realizada a través de 1.200 entrevistas a jóvenes entre 15 y 29 años.
El estudio recoge la percepción de adolescentes y jóvenes entre 15 y 29 años en ámbitos relacionados con las diferencias y desigualdades de género, las identidades, experiencias afectivas y percepciones sobre la desigualdad entre hombres y mujeres.
La investigación ha sido presentada por la directora general de Fad, Beatriz Martín Padura, y por la subdirectora del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, Anna Sanmartín.
Un 72,9% de las jóvenes considera que las desigualdades de género en España son grandes o muy grandes, mientras que entre los hombres, estos porcentajes se reducen al 42,6%. Un dato preocupante es que 1 de cada 10 considera que no existen desigualdades de género. Desde 2017 a 2021, la percepción de desigualdad se ha incrementado entre las mujeres (entre 6 y 7 puntos) pero se ha reducido entre los hombres (de 2 a 4 puntos).
El ámbito en el que mayor desigualdad se percibe para las mujeres es el laboral: la mitad de las mujeres consideran que se encuentran en una posición significativamente peor que los hombres a la hora de acceder a puestos de responsabilidad o en los salarios y un 43,6% en la conciliación familiar. Los hombres también perciben esta desigualdad pero 20 puntos porcentuales menos que las mujeres.
Desde 2017 hasta 2021, el porcentaje de mujeres que se consideran feministas ha pasado del 46,1% al 67,1% y el porcentaje de hombres ha pasado del 23,6% al 32,8%, aunque se ha reducido cerca de 5 puntos porcentuales desde 2019. También conviene resaltar que un porcentaje relevante declara no saber o no querer contestar (9,1% ellas y 13,4% ellos).
Una mayoría opina que el feminismo busca superar barreras tradicionales de las mujeres para acceder a la igualdad (63% entre ellas y 40% entre ellos). Pero hay otros porcentajes significativos: entre ellos un 28% destaca que el feminismo no se ocupa de los problemas reales de las mujeres (17% entre ellas), un 26,4% que no es necesario (13% ellas) y un 24% que busca perjudicar a los hombres (14% ellas).
La evolución de la percepción sobre situaciones inaceptables de discriminación también se ha mantenido relativamente estática entre 2017 y 2019. El principal cambio se observa en la valoración de los piropos por la calle como discriminación intolerable por parte de las mujeres, que pasa de un 24,8% en 2017 a un 42,6% en 2021.
Como ya hemos apuntado, el grado de acuerdo en torno a las afirmaciones sobre violencia de género ha tenido una evolución muy preocupante entre 2019 y 2021. La percepción de que la violencia de género es un problema social muy grave ha pasado de 72,4% al 74,2% para ellas pero se ha reducido del 54,2% al 50,4% para ellos. Además, las categorías que niegan o limitan su importancia han experimentado un significativo crecimiento, especialmente entre los hombres (un 20,9% señala que no existe la violencia de género, +8 ptos).
Por otra parte, la percepción de haber presenciado situaciones de violencia de género en su entorno es mucho más habitual entre las mujeres que entre los hombres, si bien es bastante común en ambos casos. Las más habituales, tanto en ellas como en ellos, son revisar el móvil (59,7% ellas, 38,7% ellos), controlar lo que hace la otra persona (54,5% ellas, 28,4% ellos), decirle con quién puede hablar o salir (51,6% ellas, 23,5% ellos), insultar y humillar a su pareja (49,8% ellas, 23,5% ellos) y tratar de aislarla de sus amistades (46% ellas, 22,5% ellos).
Por lo que respecta a la percepción de los factores que influyen en la violencia de género, la falta de educación se mantiene desde 2017 como el más importante. Además, aumenta la percepción de factores estructurales como la educación patriarcal y se reduce progresivamente la mención de factores que justifican la violencia, como el consumo de alcohol y otras sustancias o las rupturas sentimentales y otros conflictos de pareja, aunque hay porcentajes significativos que apoya estas teorías: el consumo de sustancias (23,5% entre ellos y 18% entre ellas) y las rupturas o problemas de pareja (18,3% ellos y 15% ellas).
Las formas de violencia en la pareja SUFRIDAS más habituales entre las mujeres son revisar el móvil (21,8%), forzar una relación sexual no deseada (20,5%), controlar toda la actividad (18,2%), controlar con quién puede salir o hablar y dónde (17,2%) e insultar y humillar (16,7%). En el caso de los hombres, únicamente revisar el móvil (15,4%), controlar toda la actividad (11,5%) y tratar de que no vea a sus amistades (10,5%) se sitúan por encima del 10% de casos.
En cuanto a las situaciones de violencia EJERCIDAS, algo más de la mitad de mujeres (53,9%) y hombres (50,8%) declara no haber ejercido ninguna. La única situación habitual es revisar el móvil de la pareja, que es mencionada por el 23,6% de las mujeres y por el 10% de los hombres.
Según el barómetro, un 82,9% de los hombres y un 73,4% de las mujeres se definen como heterosexuales. Entre ellas, un 18,5% se definen como bisexuales, frente a un 6,1% de los hombres. La homosexualidad y otro tipo de orientaciones representan entre un 6% y un 8%.
En cuanto a la importancia concedida a tener pareja, para algo menos de la mitad de las chicas (45,4%) y para la mitad de los chicos (50,6%) es un tema muy o bastante importante. Por modalidades de pareja, es ampliamente preferida la pareja tradicional monógama, tanto en ellas (86,3%) como en ellos (78,2%).
También es destacable la mayor propensión al control entre los hombres: un 18,1% destaca que es normal mirar el móvil de la pareja, frente al 12,7% de ellas; así como la percepción de los celos como una prueba normalizada del amor (28% entre ellos, 15% entre ellas). El estudio muestra cómo mientras entre las mujeres avanza la tendencia hacia una percepción más igualitaria de las relaciones de pareja, en el caso de los hombres encontramos una cierta persistencia de las visiones tradicionales de género.
El reparto de tareas domésticas sigue mostrando una desigualdad de género, percibida en mayor medida por las mujeres: un 30,5% de las que viven en pareja declaran hacer ellas las tareas domésticas, frente a únicamente el 14,4% de los hombres. Aun así, entre 2017 y 2021 se ha producido un aumento de entre 5 y 10 puntos en la percepción de que las tareas domésticas y de cuidados se reparten equitativamente, situándose en porcentajes superiores al 50% en todos los casos.
Además, también en este periodo aparece una progresiva reducción de las actitudes más tradicionalistas hacia la conciliación familiar. Especialmente entre las mujeres aparece un gran rechazo al rol de la mujer como cuidadora de los hijos (59,5%).